OPINIÓNPOLÍTICA

EL RÉQUIEM DEL PRI

EL RÉQUIEM DEL PRIPor: Dr. Luis Octavio Cotero Bernal
Director del Observatorio Académico de Justicia y
Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos
de la Universidad de Guadalajara

Es innegable que en el próximo proceso electoral, tendrá verificativo la homilía mortuoria del Partido Revolucionario Institucional, pues eso de revolucionario ya se le acabó, al llevar acabo alianzas nacionales con diversas instituciones políticas, totalmente opuestas a los principios, antecedentes y estatutos de dicho partido, evidenciando así, tanto su incapacidad electoral, como su incongruencia partidista.
Actualmente los dirigentes del partido, evidentemente unos mercenarios de la política y traidores a la institución, a los militantes y a la sociedad, de ahí mi expresión, respecto a que, en el evento electoral que se avecina, conllevará conducir al partido a sus exequias, dada las actuaciones de tan infames dirigentes de los que nada hay que presumir, sino por el contrario, basta recordar la deshonestidad que los ha caracterizado en el servicio público.
EL RÉQUIEM DEL PRIHoy me toca darme cuenta de esa necedad que, durante tantos años, tanto el que habla como otra buena cantidad de militantes mantuvimos, al permanecer como militantes, quienes no optamos por irnos a otro partido a seguir y conseguir intereses personales, sino que continuamos nuestra permanencia para rescatar, por lo menos la dignidad y el honor.
Ahora, los que ya no somos parte de sus filas, no seguiremos siendo testigos y de alguna manera, copartícipes de más fraudes a la militancia y a la sociedad mexicana, pues también con sus impuestos, alimenta y sostiene a todos esos vividores de la política en que se han convertido los dirigentes nacionales y estatales, los delegados y demás personajes quienes con toda desvergüenza, acabaron con la institución, porque también hay que decirlo, en sus principios y estatutos es sin igual, dado el contenido de valores y la claridad en sus reglas, esas mismas que los actuales dirigentes manipulan de la manera más repugnante que les es posible.
Desgraciadamente para quienes formamos parte de esta institución a lo largo de varias décadas, los encumbramos en semejantes cargos, por lo que hoy deberíamos sentir vergüenza, al haber sostenido a tales personajes, pues en todos los cargos que se desempeñaron no hicieron algo digno de presumir, pero sí acciones y omisiones para ocultar. Ejemplo de lo anterior, las complicidades entre algunos pillos como el que hoy se impone en la dirigencia estatal, el mismo que fuera secretario general de gobierno en la anterior administración priista.
EL RÉQUIEM DEL PRIAnte tales acontecimientos, no debemos claudicar y mucho menos renunciar a nuestros derechos ciudadanos, electorales, porque al margen de la institución política que proponga a los próximos candidatos a diputados federales, locales y munícipes, además de ser nuestro deber sufragar el día de la elección, habrá qué ponderar al emitir el voto, otorgarlo a favor de aquel perfil del candidato a diputado federal, local y presidente municipal de nuestro lugar de residencia que nos dé tan siquiera un hálito de esperanza para salir de esta pandemia política que, durante tanto años a sufrido nuestra patria y elijamos a gentes honorables, dignas, honestas, responsables, respetuosas y valientes, quienes puedan enfrentar las traiciones políticas, tanto de los partidos en que militan, como los de la oposición.
Habrá que esperar para saber si, los candidatos que resultarán ganadores en los siguientes comicios electorales, no se limitarán a ser sólo títeres, como lo son actualmente los senadores, los diputados federales y los diputados locales, quienes sólo se han dedican a obedecer a su pastores y a quienes les consienten actitudes arbitrarias.
Habrá que esperar además para saber si, ya situados en los puestos por los que contendieron, tienen claro que, respetar toda regla es una acción digna y decorosa por nociva que ésta nos parezca y para el caso de ser necesario, hay que motivar por su modificación o derogación, pero mientras esté vigente la misma, hay que guardarla y respetarla, pues eso no es autoritarismo, autoritarismo es el que ejerce el presidente de la república, quien dada su conducta, sólo hace gala de su ignorancia, respecto a lo que el vocablo autoritarismo significa, quien además estila exhibirse mundialmente y exhibir a nuestra patria del tamaño de talento que tenemos los mexicanos, desde luego nada digno y sí, bastante penoso.

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