CULTURA

CLEMENCIA

clemenciaEl siglo XIX marcó dos inicios importantes para el arte: el de la fotografía y el de la novela, ambas pintan -una con imágenes y otra con palabras- la vida cotidiana, el contexto histórico, el pensamiento decimonónico, pasajes de un tiempo caduco, caracteres humanos y lugares específicos. Si los libros de historia y geografía se perdieran, bien podríamos recordar tiempos y espacios merced a las narraciones de sitios específicos. Una muestra la ofrece la novela Clemencia, de Ignacio Manuel Altamirano, en cuyas páginas podemos acercarnos a la segunda Intervención Francesa en México y a la vida particular de Guadalajara en el último tercio de la centuria.

Clemencia es una muchacha romántica quien se enamora de las apariencias. En su vida hay dos hombres aspirando a ser correspondidos, si bien con diversas intenciones, Fernando Valle, un militar honesto y desinteresado, y Enrique Flores, el apuesto galán de la historia, cobarde y acomodaticio. El drama entre la elección de alguno de ellos termina en tragedia, por lo tanto, la historia conmueve y mueve a la reflexión.

La novela histórica guarda una particularidad interesante: su trama se desarrolla en la ciudad de Guadalajara. En el capítulo sexto la ciudad se narra de lejos. El narrador ofrece una descripción majestuosa basada en la comparación:

“Guadalajara está separada del centro de la República por una faja de desierto que comienza en Lagos, y que con la única interrupción de Tepatitlán, pequeño oasis famoso por la belleza de las huríes que le habitan, concluye a las puertas de la gran ciudad; de modo que ésta se muestra, al viajero que la divisa a lo lejos, más orgullosa en su soledad, semejante a una mujer que, dotada de una hermosura regia, se separa del grupo que forman bellezas vulgares, para ostentarse con toda la majestad de sus soberbios encantos” (Altamirano,

CLEMENCIAAl adentrarse en el argumento surgen sus calles, luego de admirar sus muchas torres y cúpulas, para detenerse en lo benigno del clima, sin olvidar el espectáculo de la estación de aguas, tan intensas, que ciñen el valle. Guadalajara es presentada como “la hija predilecta del trueno y la tormenta” y bajo sus nubes, se ve la altiva Catedral, la calle del Carmen, y en especial, una aristocrática casona de la antigua Calle San Francisco -hoy Alcalde- y otros sitios de interés actual:

“Trasladémonos ahora, de noche, a una casa aristocrática… de Guadalajara, situada en la calle más lujosa y más céntrica de aquella ciudad, la calle de San Francisco. Allá, como en México, la iglesia del seráfico fraile presidía el barrio más encopetado y rico de la población. En esta calle viven las familias opulentas, las que reinan por su lujo y por su gusto.” (Altamirano,

En Clemencia aparece como espacio narrativo la Catedral y su atrio enrejado, algunas casas señoriales del barrio de los dos templos, como nos hemos acostumbrado a llamar a San Francisco y Aranzazu, se pinta con palabras la Plaza de Armas con sus antiguos naranjos y otras lindezas. Leer el capítulo quince de Clemencia es una verdadera delicia para los guadalajarólogos. Es sencillo encontrarlo en internet, pruebe usted lector, lectora y lo revisará con deleite. En ese apartado se inicia la trama de un amor desdichado y lleno de complicaciones, dificultades que llevarán a la muerte a uno de los protagonistas. El capítulo es una instantánea verdadera del modo de obrar de algunas jovencitas.

CLEMENCIALos barrios allende el centro, cercanos pero definidos en nuevos relieves, aparecerán en novelas posteriores, como María Luisa de Mariano Azuela, en la cual se recrea la Alameda, hoy Parque Morelos y sus alrededores y Flor de juegos antiguos de Agustín Yáñez, pieza narrativa donde se anima el barrio de El Santuario de Guadalupe. Mariano Azuela entrega una novela sucedida en un ambiente no tan opulento, nada menos que en el Hospital Civil, nosocomio en el que realiza su internado, y donde conoce a una joven sifilítica que le inspirará la trama de su novela corta.

María Luisa es una novela corta cuya protagonista vive en una casa de asistencia de Guadalajara como hija de la dueña de la casa de huéspedes, a la que llega un joven estudiante de medicina para llevar a cabo sus estudios. El narrador muestra los mecanismos de las casas de asistencia, en las cuales es posible encontrar vivienda con asistencia de alimentos y lavado de ropa por un precio accesible. La cercanía del oasis verde, llamado la Alameda, permite el paseo diurno de los jóvenes y las familias, y por la noche, de encuentros furtivos con mujeres necesitadas que convierten su cuerpo en mercancía.

La calle principal de Guadalajara, la avenida San Francisco aparece junto al tranvía, el parque Agua Azul, la zona actual de la Plaza de la Liberación y Palacio de Gobierno.

En Flor de juegos antiguos

(Silvia Quezada)

Mata Torres, Ramón (2005). 30 años de historia, Libro conmemorativo de los Cursos de Información Guadalajara, Tlaquepaque, Tonalá y Zapopan 1974-2004, Tonalá, Tips Gráficos.

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