CULTURA

LA ESPOSA DEL HERRERO

LA ESPOSA DEL HERREROЛитэратура #39

LA ESPOSA DEL HERREROPor: Carlos Martínez Valadez

En los 195 países que existen en el mundo estamos distribuidos, millones de personas. Cada vida, cada esencia dispone del dispositivo biológico para abstraer la realidad circundante y percibir la crudeza ante el hecho de que día tras día requerimos lo necesario para vivir… para sobrevivir. En lo emocional también tenemos que lograr un equilibrio que nos dé certidumbre de vida; y en este sentido es imperativo relacionarnos con las otras personas que responden igual y que al ocupar espacio y respirar el mismo aire propicia hacer una importante pregunta: ¿Cuál es el valor que tenemos como personas?

Todo esto fue cuestionado y resuelto en nuestra constitución; la que nos rige como República desde 1917. En el Congreso Constituyente de 1916 se buscó que las diferencias de pensamiento sobrelleven la existencia en paz y concordia y se crearon leyes bajo el esquema de derechos y obligaciones que son aplicables para todos.

LA ESPOSA DEL HERRERONuestro valor como personas se palpa cuando se está junto a otra persona con “ese algo” que irradia y cuya fuerza es mayor cuando existe un vínculo familiar, fraterno o amoroso. Misterio de la vida aun, el que somos un misterio de existencia. Considerando lo anterior se hace referencia, según la leyenda, a una mujer solterona que vivió por la zona de la capilla de Jesús y quien en aquellos años de 1920 tuvo a bien conocer a Salomón Maytorena hombre trabajador impulsivo e impositivo que fundo de joven un taller de fundición por la zona de Mezquitan. Ella se llamaba Juanita Cárdenas de honorable familia, a sus 24 años de edad la sociedad misma la presionaba para buscar marido; contraer nupcias y cumplir con las costumbres de la época. Mujer trabajadora pulcra y disciplinada sintió que Salomón Maytorena era el hombre ideal y que aun con su temperamento podría ella domesticar.

fantasmaEn el taller de Salomón se fundían los perfiles o molduras, garigoleados, manijas, ornamentos y fajillas de hierro con los que se fabricaban la gran cantidad de barandales, rejas, puertas, frisos, arcos y estructuras que adornan aún, en la actualidad las fachadas de las casas construidas entre 1890 y 1930. Muchas de sus iniciales creaciones no utilizaron soldadura (la soldadura de arco fue descubierta por Nikolay Slavyanov en 1888, pero fue hasta que se industrializó el electrodo recubierto que se generalizó su uso a partir de 1950). Esta herrería se unía entre sí por medio de remaches. (Así fue construida la Torre Eiffel en 1887) y sus trabajos artesanales -simples- eran de una exasperante laboriosidad.

LA ESPOSA DEL HERRERODespués de meses de romance Salomón y Juanita, acordaron una fecha y se organizó junto con sus familias lo necesario para la boda; la cual se celebraría en el templo de la Capilla de Jesús. ¿Cuál es el valor que tenemos como personas? Salomón veía a Juanita como una mujer, dispuesta… con aires de sirvienta… le gustaba a ella el quehacer doméstico. Él la veía como un objeto sexual, como una máquina de hacer hijos, como una mujer menuda y endeble… como la contraparte del hombre pero subordinada al mismo. Salomón acostumbrado a los cálculos, las matemáticas, al uso continuo de escuadras, martillazos y al calor intenso del hierro al rojo vivo amalgamaba, moldeaba y forjaba el metal según lo exigía el cliente. En su fuero interno de macho cabrío, Juanita era un ser débil y tonta que jamás vería agarrando un pesado martillo, mucho menos golpeando un yunque.

LA ESPOSA DEL HERREROJuanita, tenía un concepto… un tanto distinto de su hombre próximo a ser su flamante esposo, aun siendo el 25 años mayor que ella. Juanita veía a Salomón como un hombre domesticable, proveedor, futuro padre protector de sus hijos… con cierta fortuna, (fueron cientos los trabajos de herrería elaborados en 20 años)… Cándido, fortachón pero ignorante de muchas cosas que solo las mujeres saben de la vida.

Dice la leyenda que fue un día de febrero de 1922 en que dos almas distintas se casaron dispuestos a formar una familia y cuya residencia se estableció por la entonces media empedrada calle de Cruz Verde, cerca de donde varios años después se construiría el templo de la Sagrada Familia.

Una vez superada la parte de la luna de miel, y la natural aceptación que, como personas biológicamente contrarias, se transcurrieron los meses en la intimidad de un hogar en la que confinados en cuatro paredes, un par de seres humanos interactuaban de una manera… un tanto extraña.

LA ESPOSA DEL HERREROElla demostró, en las primeras semanas de matrimonio, su vasto dominio sobre los juegos sexuales, sin experiencia previa, a lo que Salomón descubrió ese lado oculto de su personalidad en la que sentía, gustaba y practicaba una de las dos partes obligadas del masoquismo: La sumisión.

Juanita siempre supo que podría domar a su hombre con esos métodos de placer que solo las mujeres instintivamente conocen. Pasan los meses y cuando se daba la mal dada situación de una agria discusión en la que Salomón quería imponerse, bastaban dos o tres noches “de veda íntima” para que Salomón perdiera su fiereza y cual gato acurrucado volviera a los brazos de Juanita implorando consideración.

Salomón había caído en las telarañas ludópatas del placer íntimo que no había experimentado hasta entonces.

Juanita no quería embarazarse, ella sabía que le restaría dominio y lo que ella buscaba era “amarrar su seguridad económica” pues aún era muy joven. Para Juanita, Salomón era un juguete.

LA ESPOSA DEL HERREROEn Europa en esa década de 1920 a 1930 había tres ciudades en donde se practicaba el degenere total; bacanales, orgías, juegos, sado masoquismo y experimentos sucios eran practicados en Shanghái, París y Berlín. En este último la sanción económica implementada por el Tratado de Versalles en la que Alemania estaba obligada a indemnizar a los países afectados por la 1ra. Guerra Mundial había propiciado una moneda devaluada y carencias; su población hacía lo necesario para obtener recursos. La prostitución, el incesto y sus derivados se volvieron ordinarios… por dinero… sexualmente, “se hacía de todo”. Juanita le sugiere a su hombre en su calidad de Dominatriz se construyera una jaula de barrotes de 1.50 metros en cubo, Salomón convencido y ansioso de “probar otras vertientes del placer sumiso” así lo hizo.

LA ESPOSA DEL HERREROEra una noche especial, después de cenar y una prolongada espera a la luz de varias velas, Salomón procedió a entrar desnudo en la jaula quedando en posición fetal y con los ojos vendados. Juanita hizo “profesionalmente su labor”: Piquetes y pellizcos aquí y allá, caricias, palabras eróticas sucias y la parte principal del show lo fue dejarle caer gotas calientes de la cera de una vela sobre el pecho peludo del hombre que en ese momento ya andaba en otro mundo… Juanita no midió las consecuencias pues también presa del éxtasis, le formó una gruesa plasta de cera muy caliente sobre el pecho encima de su corazón.

La fatal, alta y concentrada temperatura localizada creó una descompensación eléctrica (Fibrilación ventricular) en relación a la temperatura ambiente, aunado a la adrenalina fluyendo a raudales que finalmente favoreció un paro cardiaco… Salomón entró en agonía. Fueron largos minutos hasta darse cuenta que Salomón estaba sin vida. Angustiada no supo qué hacer.

LA ESPOSA DEL HERREROAl amanecer dio parte a las autoridades que la interrogaron con asombro ante tan insólito hecho. (El actor David Carradine falleció en el año 2009 por hipofixiofilia, o privación de oxígeno por estimulación erótica).

De nuestra constitución derivan las directrices para sancionar penalmente a quien cometa agravios contra otros semejantes. Una muerte como esta no estaba contemplada pues no se podía culpar de un deceso así, al producto de una ocurrencia erótica. (En los últimos 100 años el Código Penal Federal engrosó sus sanciones con nuevos artículos punitivos ante el surgimiento de “nuevas acciones humanas» directas para extinguir la vida de otros seres humanos). Se guardó total secrecía y al paso de cinco meses se le absolvió a Juanita de toda responsabilidad.

Con la nueva realidad asimilada, Juanita heredó el taller y en su calidad de mujer impositiva, empezó a dirigir a los obreros a nuevas formas de forjado. (Curiosa similitud con su manera de forjar deseos). Considero los diseños ornamentales que se fabricaban como muy básicos y burdos y, con su muy particular visión femenina del mundo y con pleno sentido de la estética implementó nuevos, elaborados y costosos diseños que le merecieron posicionarse en el arte del hierro forjado.

LA ESPOSA DEL HERREROLos árabes que ocuparon España, –Moros- durante 600 años, trabajaron los metales en aleaciones prácticas y baratas, acusando diseños de espadas, armaduras, cuchillos, mobiliario artesanal y el decorativo. Entre estos figuran múltiples diseños limitados a las condiciones de la época, pero cuya inventiva en cada generación fue más amplia dándole un toque, incluso personalizado a las fincas, blasones y propiedades de los terratenientes de entonces.

Los españoles que aprendieron de estos oficios los traen junto con su cultura durante la conquista de 1492 y los acondicionan en el paisaje urbano evolucionando y enriqueciendo su labor estética. Los escasos cuatro talleres de fundición que se habían establecido en nuestra ciudad desde 1701 hasta 1905, apenas se daban abasto con la demanda de canceles y ventanales. Fue el surgimiento del nuevo arte en forjado de hierro, lo que consolidó su estatus de oficio rentable e ilimitado responsable de esa creatividad humana en nuestra ciudad.

Cuando camine por la calle observe; por cualquier calle a las fachadas de las casas y su herrería; seguro encontrará belleza que antes no había conocido. Esa belleza forjada en hierro, tiene 1,000 mil años de creada.

LA ESPOSA DEL HERREROCierto, Juanita jamás iba a agarrar un pesado martillo y mucho menos golpear con fuerza el yunque; pero, ironías de la vida, su creatividad –oculta en su apariencia-, le dio mayor impulso al trabajo artesanal del hierro forjado en Guadalajara.

¿Cuál es el valor que tenemos como personas? El propio, intrínseco como seres vivos racionales, pero que discreta y soterradamente una intensa… creativa… imponente, y apabullante personalidad se oculta –hibernando-, bajo una apacible apariencia. ¿Conoce usted a alguien así?

La esposa del herrero

Autor: Carlos Martínez Valadez, noviembre de 2023.

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Próxima quincena: EL MISTERIOSO PLANO DE LA MUERTE.

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