En el pequeño círculo de las mancias que frecuentaba, se enteró de una cartomancista y “bruja muy profesional” que daba consulta “como intermediaria de los espíritus que pululan en nuestro entorno” en las orillas de Atemajac; del templo a 700 metros al poniente cerca del canal. Bernardo acude a las 6:00 de la mañana y es atendido cerca de las 11:00 debido a la alta demanda de gente que esperaba turno.
Yelena, era su nombre, de ascendencia gitana… en cuanto lo recibió en su espacio saturado de imágenes religiosas, cirios, hierbas y un azafrán en una esquina tiznado de ceniza y manchas rojas muy vivas… le dijo: “Un aura que muy pocas personas poseen te envuelve… en tu destino hay una experiencia única, que te seguirá hasta la muerte. Entra, siéntate y te diré lo que debes de hacer. Solo tienes una oportunidad”.
En el cabildo tapatío en ese período 1965-1967 hubo nueve regidores, un síndico, un oficial mayor y un tesorero, encabezados por el presidente municipal. Con comisiones varias como: policía, reglamentos, obras públicas, educación, rastro, cárceles, turismo, vivienda, mercados, aseo público, calles… y cementerios.
Fue al inicio de esta gestión que Bernardo Vera Flores promovió la institucionalización de las cremaciones, que ya estaban algunas en servicio en la ciudad de México desde 1909. Fomentar entre los dolientes esta opción.
Construir e implementar gavetas para el resguardo de las urnas, y prever disponer de espacios para sepultura en el futuro; ya que el cementerio de Santa Paula, -el panteón de Belén- desde octubre del año 1896 dejó de recibir cuerpos por la saturación y como medida sanitaria. (Por lo menos ese fue el argumento).
Fueron muy pocos los tapatíos proclives a esta propuesta. De hecho, aún faltaba aprobar y construir la infraestructura necesaria. (Fue hasta la década de los 90s que se implementaron hornos crematorios en el panteón de Mezquitan).
Una vez que Yelena la bruja, le dio delicadas indicaciones y caducidad para lograr sus propósitos, Bernardo Vera ya había dispuesto todo para, una vez concluida su gestión, aplicar la siguiente etapa. Era diciembre de 1967.
En el entorno político Bernardo Vera Flores se desenvuelve de manera autoritaria y pragmática, sin saber sus compañeros de cabildo la otra cara de su personalidad: mágica, metafísica, creyente de que fuerzas desconocidas debidamente invocadas soportan sus ambiciones.
Un político entre más fría tenga la cabeza y se subordine a las leyes, sus decisiones por ende son aplicadas con el debido apego a lo justo; siempre preservando el equilibrio social, legal e institucional. No todos los aspirantes a políticos y no todos los políticos de carrera cumplen con esta condición.
Comprobando Bernardo que en sus últimos quince años sus aspiraciones políticas se habían concretado, aun no se daba cuenta que sus decisiones las había tomado con el estómago. ¿Magia, amuletos, detentes, sortilegios, mantras, limpias? No, aún le faltaba lo radical: A más sacrificios… más poder.
Término Bernardo su gestión como regidor, y aun no lograba obtener el elemento restante que ocupaba para su ritual, según indicaciones de Yelena, cuando en enero de 1968 se supo del deceso violento del conocido comunicador cronista deportivo Susano Santos Flores, quien fue quemado su despojo en una zanja por la entonces inhóspita calle de Juan Manuel/ av. México varios metros antes de López Mateos.
El escándalo que suscitó esta muerte lo hizo reconsiderar sus alcances. Sus iniciativas para establecer hornos crematorios en los cementerios no habían cuajado del todo. Acudió a dos funerarias conocidas y les propuso lo impensable (vía chantaje). Por su anterior cargo como regidor en la comisión de cementerios, calles y comercios, conocía a gran parte del personal en el SEMEFO (Servicio Médico Forense), incluyendo al reconocido médico legista Mario Rivas Souza a quien le tenía respeto y temor; pues era sabido su disciplina y rectitud. Por ello entabla una conversación furtiva con uno de los empleados del anfiteatro, adicto a la bebida y le ofrece una propuesta imposible de rechazar: Recibir las cenizas cadavéricas de dos funerarias, -por disposición oficial- simulando un análisis para descarte sanitario. Bernardo se encarga de los trámites como ex regidor y que el empleado cambie las cenizas humanas por cenizas de basura.
Algo que solo tardaría 15 minutos y devolver la urna a los dolientes.
Todo esto con la debida discreción. “Solo ocupó el contenido de 10 urnas (o personas) … a cambio te doy dinero y botellas de licor” “Acepto, pero solo lo de 10 urnas… contesta el seguidor de Baco”.
(El artículo 280 bis del Código penal Federal Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 14 de agosto de 1931 a la letra dice: – Se impondrá pena de cinco a ocho años de prisión y de quinientos a mil días multa, a quien incinere, sepulte, desintegre, disponga o destruya total o parcial el cadáver o restos humanos de una persona no identificada, sin autorización de las autoridades competentes en la materia. Artículo adicionado DOF 17-11-2017- Así como en su párrafo II.- Al que profane un cadáver o restos humanos con actos de vilipendio.
El delito tiene agravantes si su causal es servidor público).
Si idea inicial a través de su cargo en el ayuntamiento, de trasvasar las cenizas de los hornos oficiales para sus pretensiones –que no resultó-, ahora lo hacía en menor escala con el borracho del SEMEFO… el tiempo se acaba; ya habían pasado tres meses… solo le quedaban 30 días. Su plan funcionó y ya había recaudado lo de seis urnas en dos semanas. Empezó a ponerse nervioso tanto por el poco tiempo que le quedaba; tanto porque el borracho le empezó a exigir más. Se acordó de la lamentable muerte del cronista Susano Santos Flores de manos del amante de la esposa y pensó si se vería en la necesidad de hacer lo mismo con el borracho y aprovechar de paso sus cenizas. Resolvió llegar a ese radicalismo en ocho días si el alcohólico le quedaba mal… solo tenía de plazo hasta el viernes 29 de marzo de 1968. Al paso de cinco días recibió del borracho el contenido de otras dos urnas y accedió darle una caja extra de licor y más dinero… Una vez hecho el intercambio, el empleado consuetudinario del SEMEFO le dice: “Las últimas dos urnas…. te van a costar más”. Poniendo cara de quien le aplastan los dedos en la puerta, Bernardo se retira sin decir palabra.
Cuenta la leyenda los detalles del ritual: “Un lugar oculto y alejado en el descuidado panteón de Mezquitan. Desnudo y cubierto con una vestimenta color negro con un capuchón y dos cirios rojos encendidos; vaciar el contenido de ceniza humana, ya dispuestos en un costal, en círculo… leer y proferir en voz alta en la oscuridad a las 3:00 de la madrugada sin luna e invocar por medio del sortilegio que le dio la bruja Yelena a los espíritus negros a que lo posicionen en lo más alto de su escalada política y cumplir así, todas sus ambiciones.
Terminado el ritual, enterrar en medio del círculo de ceniza un amuleto con inscripciones en hebreo y símbolos egipcios. Esperar cambios”. ¿Y en caso de no celebrar el ritual, que pasaría?
Es martes 26 de marzo de 1968. De toda la ceniza humana que había conseguido y había encostalado, solo le faltaba lo de dos urnas para completar las treinta.
“La vida, la vida en la que los seres humanos estamos visibles ante los demás, tiene extraños vericuetos imposibles de saber antes de que ocurran. En esta vida hay quienes nacen con suerte y otros nacen estrellados…” ¿O será cuestión de semántica?
Bernardo Vera Flores, recibe una llamada a su despacho; le llaman de la Policía del Estado, solo averiguación de rutina, le informan y le preguntan que lo habían visto varias veces hablar con un empleado del SEMEFO… el hombre amaneció muerto por una aparente congestión alcohólica; solo querían saber si había algo que pudiera decirle a la autoridad. Helado se quedó Bernardo, vacilante no supo qué responder… pasados cinco segundos le dice al oficial: “Si está de acuerdo lo veo en el SEMEFO en 40 minutos”. Lo que le importaba era saber y acceder al contenido de las dos últimas urnas. Acude y el oficial le señala: “allá sobre la plancha está el hombre, más tarde le van a practicar la autopsia de ley” Nervioso mira a su alrededor, “mi compañero está averiguando qué hacen esas… dos urnas con ceniza aquí, y en el interior de esa gaveta…” Tragando saliva, respondió con mentiras a las preguntas y se aleja con la desesperación dibujada en su rostro. Se le bajaron los humos de su prepotencia.
En su lógica torcida pensaba: “Si logro conseguir la ceniza faltante y cumplo este viernes en el cementerio, todo este problema se anula”.
Antes de 72 horas el servicio secreto descubrió la relación entre las cenizas, las funerarias, la muerte del empleado y Bernardo Vera Flores. Fue detenido, interrogado y el plazo fijado por Yelena la bruja se cumplió: A las tres de la madrugada del viernes 29 de marzo de 1968 Bernardo estaba en prisión esperando juicio y sentencia.
Yelena le dijo la verdad: “Un aura que muy pocas personas poseen te envuelve… en tu destino hay una experiencia única que te seguirá hasta la muerte… solo tienes una oportunidad”. Bernardo cometió el error de no haberle preguntado si esa experiencia única era a su favor o en contra. Ya en la cárcel, se dio cuenta de su error. (En la magia, la exactitud de las palabras es determinante). Fue sentenciado a diez años de prisión.
Bernardo Vera Flores falleció en la entonces Penal de Oblatos el sábado 29 de marzo de 1969. Causa de su muerte: “Una infección pulmonar degenerativa conocida como:
“Pneumonoultramicroscopicsilcovolcanoconiosis, causada por la aspiración continua de polvo de sílice y/o… por la aspiración de ceniza. Su significado etimológico o en palabras llanas es: “presencia de ceniza o polvo de roca de tamaño ultramicroscópico en los pulmones”.
Yelena, la bruja le dijo la verdad: “Una experiencia única que te seguirá hasta la muerte…”
La Leyenda del Político
Autor: Carlos Martínez Valadez, agosto de 2023.
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Próxima semana: Аполлина́рия/Apollinaria: El origen de las Fuentes de Agua.
Observaciones: Estimada lectora, atento lector: ¿Cuántos políticos en nuestro país de todos los partidos llevan a cabo rituales, tratos, acuerdos en lo oscuro para lograr sus ambiciones? ¿Usted conoce a alguien? Si usted es político y leyó este escrito, tal vez esté tomando decisiones con el estómago.
La palabra “Pneumonoultramicroscopicsilcovolcanoconiosis” compuesta de 45 letras es la palabra más larga en el diccionario inglés; su valor radica en que es una palabra que define algo específico, en este caso una enfermedad.
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Lea aquí también en TEN Informativo: «La leyenda del miedo» ¿Porque el sueño fisiológico, porque el sueño onírico? ¿Porque existe una red de túneles en Guadalajara? Entre muchas otras, Gracias. Carlos Martínez Valadez.
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