CULTURA

MINIFICCIONES

Por: Natalia Madrueño

MINIFICCIONESLisístrata

Ella le negó el sexo rotundamente. Ella sabía que lo único que necesitaba era cierta paz que le había sido arrebatada desde hacía mucho tiempo con esa guerra absurda de «quién es más». Para fortuna de él que en realidad nunca fue tan exigente, ya existían las computadoras y el wifi, pues ahora todo se podía hacer en línea.

 

 

 

tacones

Ausencia

Te extraño con cierto desencanto, en partecitas, como lo acordamos aquella vez ¿te acuerdas, o tal vez fui yo quien lo acordó? Extraño tu aroma, tu risa, tu inmediatez cuando sabías lo que quería desayunar. Extraño tus líneas y tus curvas. Quizá sea porque sigo amando tu sexo y la idea que tengo de ti ahora que no estás. Pero a ti, lo que es a ti agrupada, completita, no te extraño. Te quiero ahí, justo donde frente a ti me desnudé tantas veces sin pudor, donde me hacías el amor tantas veces nos diera la gana ¿o era yo quien te fornicaba sin razón y sin mesura? Te extraño allá
donde me dijiste adiós cuando nos sentenciaron tus padres y los míos a seguir juntos.
Extraño de ti, incluso, esa última vez en que dijiste -NO-.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *