ALBERCA OLÍMPICA SERÁ EL TERCER ESPACIO DE LA UDEG CARDIOPROTEGIDO
La Coordinación General de Servicios Universitarios (CGSU) busca que la Alberca Olímpica sea certificada como espacio cardioprotegido, lo que significa que además de contar con equipo especializado, su personal estará capacitado para actuar ante una emergencia.
Para ello, la CGSU, mediante la Unidad de Protección Civil Universitaria, en coordinación con el Consejo Estatal para la Prevención de Accidentes, dependiente de la Secretaría de Salud Jalisco, capacitaron a personal del área administrativa, instructores y usuarios de la alberca con la finalidad de certificarla como un espacio acuático cardioprotegido.
El Jefe de la Unidad Administrativa de las Instalaciones Deportivas del Tecnológico, maestro Oscar Vargas Lares, dijo que con esta acción dan mayor seguridad a los usuarios de la alberca y que buscarán certificar áreas como el Gimnasio de Usos Múltiples y el Coliseo Olímpico.
“Este es el primer paso. Después de está capacitación, la siguiente fase sería la evaluación del gobierno federal, con fecha aún por definir, para posteriormente obtener la certificación una vez cumplidos los requisitos”, explicó.
Dijo que la alberca trabaja al 60 por ciento de su capacidad, considerando las recomendaciones y requerimientos que pide la SSJ ante la pandemia del COVID-19.
El Jefe de la Unidad de Protección Civil de la CGSU, maestro José Luis Velázquez González, destacó la importancia del paso que dieron, dado que lo acuático no es nuestro medio natural y representa riesgos latentes de algún evento cardiorespiratorio que pueda poner en riesgo la vida.
“La importancia de este proceso de acreditación es que se adquirieron equipos para dar respuesta en caso de que se presente alguna situación de este tipo, como el desfribilador, mascarillas especiales para auxiliar en caso de que sea necesario y otros equipos que nos solicitaron para que cumplamos con los requisitos de la acreditación”, informó.
Recordó que otros espacios de la UdeG ya cuentan con esta certificación, tal es el caso del edificio de Rectoría General y del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA).
“Los protocolos de atención, por lo general, se diseñan en función de los riesgos que se detectan en un análisis inicial, y permanecen en papel hasta que no se presenta una situación real. Lo importante, en este caso, es que se tengan este tipo de prácticas y capacitaciones para que la gente sepa cómo actuar”, indicó Velázquez González.
El capacitador del Consejo Estatal para la Prevención de Accidentes y médico regulador del Sistema de Atención Médica de Urgencias (SAMU) de la SSJ, doctor Juan Manuel Cázares García, dijo que el curso que se impartió al personal de la alberca fue de primer respondiente ante alguna emergencia.
“Una de las cosas que tenemos que socializar es la primera respuesta ante cualquier incidente, para que la gente sepa qué hacer y cómo ayudar, mientras llega una ambulancia. Falta mucha concientización en cuanto a este tema” apuntó. Explicó que en espacios con más de 50 personas se debe de contar con un desfribilador y personal capacitado para actuar en caso de una emergencia, ya que eso puede salvar vidas; está demostrada una sobrevida de 60 por ciento luego de una reacción adecuada dentro de los primeros cinco minutos.
