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ARTISTAS CALLEJEROS SE NIEGAN A DEJAR EL CENTRO DE GUADALAJARA

botargasPor: Redacción/ TEN/ Región

ARTISTAS CALLEJEROS SE NIEGAN A DEJAR EL CENTRO DE GUADALAJARALa intolerancia mostrada a últimas fechas por el gobierno municipal de Guadalajara hacia todo aquello que le parezca informal, crece todos los días.

Primero fue la represión en contra de los comerciantes ambulantes, que sistemáticamente fueron perseguidos y engañados por los inspectores municipales de espacios abiertos, posteriormente fueron desplazados por las obras realizadas para el “embellecimiento” del centro histórico de la capital tapatía.

La tarde de este lunes, integrantes de un grupo denominado “Sociedad, Arte y Cultura”, que se han integrado gradualmente al paisaje urbano de Guadalajara, al menos llamando la atención con sus caracterizaciones de personajes animados y botargas de caricaturas, así como personificando a super héroes, cuya actividad consiste en hacer posible la fantasía de los niños y niñas que de otra manera no pudieran hacer realidad, a cambio de unas cuantas monedas.

ARTISTAS CALLEJEROS SE NIEGAN A DEJAR EL CENTRO DE GUADALAJARASin embargo, ante la constante amenaza de que serán retirados de este espacio, se hicieron presentes en el portal ubicado en la esquina de Av. Juárez y 16 de septiembre, colocaron carteles en las columnas solicitando que les sea respetado el derecho a llevar un sustento a sus hogares de manera honrada y lícita.

Al menos unas 25 personas que realizan esta actividad, sin maquillajes ni botargas, fueron abordadas por dos elementos de la policía tapatía, quienes contactaron con los “artistas callejeros”, platicaron por algunos minutos y posteriormente se retiraron del lugar; acto seguido, los manifestantes decidieron caracterizarse y continuar por las plazas públicas y calles del centro histórico tapatío.

Sin confiarse de que, en cualquier momento, los acuerdos verbales que hayan tenido con los municipales, sea desconocido por los inspectores del ayuntamiento, quienes habían sido tolerantes con todos aquellos informales, que les llegan a “hablar” bonito a cambio de trabajar en la calle.

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