CON PROMESAS Y DISCULPA ACALLAN A PADRES INCONFORMES

“No habrá represalias, a veces los niños mienten”

Por: Redacción/ TEN/ Región

Luego de que, a la Secretaría de Educación Jalisco llegara información relacionada con el pésimo manejo de un grupo de la escuela primaria urbana #161 “Juan Gil Preciado”, ubicado en la colonia Santa Cecilia de Guadalajara.

Trascendió que la directora de dicho plantel, Prof. Claudia Rebeca Salgado Ramírez, fue llamada por la institución para que explicara ante sus superiores, lo que sucedía respecto a la profesora del 5° grado “B” T/M, quien actúa libremente y protegida por la propia directora, permitiéndole intimidar, amenazar, cuestionar a los alumnos sobre información personal de los padres o tutores (sin tomar en cuenta) a los adultos.

En este juego de poder y de otro tipo de intereses, la inconformidad que los padres de familia expusieron ante los medios informativos, fue transformado en una junta “urgente” programada este 02 de octubre 2023, en donde simples promesas de cambio fue la postura de las maestras, pero apelando en todo momento a la comprensión de los padres y tutores del aspecto humano, en el caso de que la profesora deba tener en el salón de clases a su bebé y pierda todo el tiempo en llamadas por celular, de lo cual había inconformidad generalizada.

La directora, se puso de lado de la maestra a fin de justificar lo que sucedía y ofreció a los padres de familia “una disculpa”, para posteriormente asegurar que no pasa nada, que ante el silencio obligado y condicionado que guardaron los padres al ser forzados a firmar “compromisos” en dónde ellos sin ser parte del sistema oficial, (trabajadores de la SEJ) fueron conminados a acudir, un día cada uno, para “evaluar” a la maestra.

Algo que, supuestamente era lo que tendría que realizar, como apoyo a los padres de familia, una persona denominada “consejera”, es decir un cargo honorífico inexistente en la nómina oficial, pero que le sirve a la propia dirección del plantel para manipular y operar a modo, sus propios intereses y los de sus cómplices, quienes aseguraron que lo que parece ser solamente un “chisme”, No tendría repercusiones directas en los niños, ya que no se tomarán represalias, dijeron.

Sin embargo, las afectaciones ya se han llevado a cabo, durante el mes de septiembre, los alumnos de este grupo, perdieron tiempo valioso para el aprendizaje, ya que sus trabajos fueron planas de caligrafía, iluminación de copias con dibujos de mándala y en lugar de materias obligatorias, “cuentitos infantiles” sustituyeron al español o las matemáticas.

Lo que cualquier autoridad educativa puede constatar, si lo quieren resolver y comprobar; basta con que hagan un sencillo examen entre los otros grupos y el afectado, para que se vea el retraso por el cual, bastó una sencilla “disculpa” y promesas de “buena voluntad”.

El daño no se lo hacen a los padres de familia, es a los niños, quienes les niegan la oportunidad de tener mejor conocimiento y mayor formación, pero ante la falta de escrúpulos y ausencia de ética profesional, lo que se obtendrá finalmente es, un sistema podrido y amafiado en una institución que, se supone, vela por la educación y los valores para formar mejores seres humanos, pero que pareciera no importar.

Así pues, bastaron: un llamado a las oficinas de la institución, una junta de poco más de dos horas, adoptar una actitud “perdonavidas”, presión psicológica hacia los padres para que “comprendieran” que la maestra que no hace su trabajo con vocación normalista, y buscar un “chivo expiatorio” para lavarse las manos y que, en lo futuro, otros padres, otras autoridades y otro momento, corrijan a tiempo, una afectación que inicia con la falta de atención y compromiso de los mentores, a los que los alumnos veneran como sus maestros, peo que en realidad, como la profesora Verónica Juárez Gaytán, es más su verdugo, por actuar irresponsablemente.

De pena ajena lo que sucede en este caso, una muestra o un botón expuesto, y el cual, prefieren minimizar y solapar desde el escritorio oficial, en lugar de corroborar la gravedad de la situación.

En fin, lamentablemente el silencio que se guarda para proteger los empleos burocráticos es más un grito de vergonzante complicidad gremial.