OPINIÓNPARTE POLICIACOPOLÍTICAREGIÓNREPÚBLICA

¡CUANTA PENA AJENA!

¡CUANTA PENA AJENA!Por: Dr. Luis Octavio Cotero Bernal
Director del Observatorio Académico y
Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.

El actual #gobierno federal tiene secuestrada a la nación, a través de un presidente tan inmerso en la delincuencia, al grado de protegerlos y defenderlos con el argumento de que también son seres humanos, pero pareciera que, al presidente se le olvida que, todas esas personas a quienes ellos asesinan diariamente, también tienen esa misma condición humana.

Todas esas mafias del crimen organizado, son las responsables de perpetrar una gama muy amplia y diversa de delitos, delitos de todo tipo, los que son cometidos en la mayor impunidad y ante una política federal que tiene por lema, abrazos y no balazos.

Es muy vergonzoso además, percatarnos del sometimiento que logra el presidente de la república, respecto a cuanta institución le place elegir para tales fines, instituciones encargadas de la seguridad y la soberanía de nuestra nación, como lo vienen a ser las fuerzas armadas en todas sus áreas y ni qué decir del Poder Judicial y del Poder Legislativo, instituciones en las que poco o casi nada queda de honor, dignidad, coherencia, lealtad e intelecto, pues han escaseado esas cualidades, principios y valores que, deberían revestir a los servidores públicos adscritos a dichos poderes.

¡CUANTA PENA AJENA!Lo anterior ha sido un factor determinante para conducir al país a una total anarquía y todo por un miserable plato de lenteja que, es lo más que puede representar el cargo que actualmente esté ocupando cualquier servidor público; sin embargo, no hay un solo cargo que, se represente con dignidad o decoro, cuando la traición a la patria ha sido el costo que se ha pagado por permanecer en él.

Desgraciadamente, tampoco es menos preocupante lo que acontece en nuestra entidad, en la que desafortunadamente se hace gala de lo que un día expresara el general Álvaro Obregón, aquella expresión respecto a que, Jalisco es el gallinero de la república, pues ante nuestra realidad social es algo inobjetable, sólo basta traer a escena lo que ha sido una constante en la presente administración, el sometimiento al ejecutivo estatal, tanto del poder judicial como del poder legislativo, ambos sometidos a la voluntad de un ingeniero que, tiene el cargo de gobernador constitucional y a quien debemos reconocerle que sabe gritar y actuar impulsivamente; sin embargo, su desempeño y comportamiento nos tienen en la total ignominia.

¡CUANTA PENA AJENA!Nuestro estado también está padeciendo una criminalidad desbordada, sin alguna consecuencia jurídica, sin el más mínimo interés de la clase #política para hacerla frente, menos aún interesados en combatirla. Lo anterior conlleva que, la impunidad siga siendo un lastre severo para los jaliscienses, no obstante que, en fechas no muy distantes, el propio gobernador reconoció que, la fiscalía estaba infiltrada por la delincuencia; sin embargo, también expresó y afirmó en otro momento que, la criminalidad se ha reducido, gracias a las estrategias del estado, pero sin precisar a qué estrategias se refiere.

A la fecha no se ha dado cuentas a la ciudadanía, respecto de alguna acción inmediata para sanear a esa institución encargada de la investigación y persecución de los delitos, la cual, desde hace ya varios años, sobrevive en un estado muy preocupante, dada su ineficiencia y, por ende, de ausencia de resultados. Si se ha reducido la delincuencia, según lo expresado por el gobernador, es sólo, porque se han reducido las denuncias presentadas por la ciudadanía, pues quien realmente tiene la necesidad de ir a denunciar, porque le robaron su vehículo, lo hace únicamente el ciudadano que cuenta con una póliza de seguro, ya que es el único supuesto en el que valdrá la pena, perder un promedio de nueve horas en un solo día en aras de aspirar a que, le redacten su denuncia de hechos.

Actualmente existen solamente dos agentes del ministerio público a quienes les corresponde, recibir las denuncias por robo de vehículos, radicarlas y darles el seguimiento y curso correspondiente, pero ante el número de robo de vehículos que se registra a diario, aunado a la falta de personal humano, es humanamente imposible que, sólo dos ministerios públicos den resultados eficientes e inmediatos. De ahí que, lo que urge es que, a dicha institución se le provea de todo lo necesario, aunque ello conlleve suspender obra pública y no sólo en la presente administración, sino en las futuras, pues más urgente que la obra pública es, detener el derramamiento de sangre, derivado de tantos homicidios que se registran día con día.

¡CUANTA PENA AJENA!Qué deseable sería además que, también los presidentes municipales, particularmente los de la zona metropolitana, fueran más respetuosos del cargo que desempeñan, pues se les olvida que es un cargo que les confió la sociedad. Ellos también son un ejemplo (con excepción del presidente municipal de Zapopan) de lo que es, someterse al ejecutivo estatal, pues en días pasados firmaron un desplegado (cuyo contenido atentó contra la educación pública), sólo porque el ejecutivo así se los indicó, pasando por alto que, nada justifica que se agreda a una institución educativa de las dimensiones y alcances como lo es la Universidad de Guadalajara, institución a la cual, dicho sea de paso, jamás se le ha cuestionado o descalificado por su calidad educativa. Cierto es que, su matrícula resulta insuficiente, pero su calidad académica, jamás ha sido cuestionada.

Aunado a lo anterior, el gobernador y los presidentes municipales, han pasado por alto que, la Universidad de Guadalajara ha llegado a todos los rincones del estado desde hace aproximadamente treinta años, haciendo posible que la población más distante de la metrópoli, ahora cuente con acceso a la preparación profesional, acorde a las circunstancias de cada región.

El #gobernador del estado podrá seguir haciendo señalamientos cuestionables, respecto de algunos personajes ligados con la Universidad de Guadalajara, pero una cosa es cierta, toda acusación debe acompañarse de las pruebas, mediante las cuales se sustente la misma; sin embargo, al día de hoy, se volvió un mal hábito para el gobernador del estado, usar indebidamente el cargo que representa para desviar la atención de la ciudadanía de otros temas que, realmente interesan y preocupan.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *