Lo que empezó como un incidente sin sentido en la puerta de la casa del octogenario en la comunidad de Villa Emiliano Zapata, un ejido en el municipio de Tizapán el Alto, Jalisco, en donde el hombre de la tercera edad se avecindó desde el año de 1995 y que visitaba dos veces al año en promedio antes de retornar a los Estados Unidos donde radicaba desde hacía más de 40 años.
De acuerdo con los testimonios de los familiares de García García, el caso desde un principio fue coaxionado, manipulado y falseado por las propias autoridades municipales que conocieron del incidente en donde el anciano fue el objetivo de quien fuera yerno de su propia prima hermana, a la que le reclamó el comportamiento de su nieto (menor de edad) que previamente, en compañía de otros menores, arrojaron trozos de madera encendida hacia el interior de su propiedad.
Situación que desencadenó una serie de incitaciones y provocaciones, que llegaron a la participación de otras personas, al menos cuatro, uno de ellos que, según algunos testigos (amenazados y que piden total anonimato) era quien portaba una pistola fajada en la espalda, mismo que golpeo en una primera ocasión con los puños al anciano retirándose del lugar, dejándolo semi inconsciente y posteriormente retornando en compañía de varias personas quienes golpearon al octogenario y mientras él hombre (indiciado) forcejeaba por el arma, recibió dos impactos a la altura del pecho, mientras las personas presentes gritaban…”mátalo, mátalo”.
Afortunadamente, según los médicos que recibieron al herido, externaron que las lesiones provocadas eran para que hubiera muerto en el momento, pero gracias a su condición física, había resistido.
Lo que siguió fue y ha sido una pesadilla, la muerte de una niña de nombre Priscila, una menor de tres años e hija del yerno agresor, es decir, la nieta de la prima hermana del octogenario, a quien el anciano asegura nunca se dio cuenta de la gente que estaban observando cómo era agredido.
Por: Redacción/TEN/ Parte Policíaco
Situación que desencadenó una serie de incitaciones y provocaciones, que llegaron a la participación de otras personas, al menos cuatro, uno de ellos que, según algunos testigos (amenazados y que piden total anonimato) era quien portaba una pistola fajada en la espalda, mismo que golpeo en una primera ocasión con los puños al anciano retirándose del lugar, dejándolo semi inconsciente y posteriormente retornando en compañía de varias personas quienes golpearon al octogenario y mientras él hombre (indiciado) forcejeaba por el arma, recibió dos impactos a la altura del pecho, mientras las personas presentes gritaban…”mátalo, mátalo”.
