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UNOS GOBIERNOS ABYECTOS

UNOS GOBIERNOS ABYECTOSPor: Dr. Luis Octavio Cotero Bernal
Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.

No pueden ser más despreciables los gobiernos que está sufriendo la patria por lo vil, deshonestos, incongruentes y traidores, pues es increíble que un presidente de la Republica, como el actual, no obstante la última y única sentencia digna de una Corte de Justicia mexicana, en la que se hace constar de una manera nítidamente legal, congruente, objetiva y por ende justa, dada la unanimidad con que fue suscrita, pese la desvergüenza de un cobarde y traidor ministro que integra esa oncena de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo que exhibió al presentar un proyecto de sentencia oscuro, injustificado, castrado, deshonesto, deleznable y que al final suscribe el ultimo que absuelve en los términos que ya he dicho.

UNOS GOBIERNOS ABYECTOSLo abyecto del Presidente de la República, es decir, lo que lo hace vil en extremo, al manifestar públicamente y en particular exhibir su ignorancia, prepotencia y desprecio, tanto a la justicia como a la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos y a los sentimientos de la nación, que un día el siervo de la nación los dejara plasmados con su puño y letra, que si viviera y viera quien y a quienes denomina siervos de la nación, se volvería a morir de asco, de desprecio y de vergüenza, al estar viendo como el mote que él mismo se puso, cuando alguien pretendía hacerle un homenaje por su hazaña patriótica, honesta, limpia y sacramental y por la que ofrendo su propia vida, distinción que nunca acepto porque él simplemente era un modesto pero gran siervo de la nación, así fue Don José María Morelos y Pavón, de donde descenderá y hasta cuando, otro ser como este héroe de la patria, que venga a hacer realidad los anhelos de este pueblo, donde la sangre se derrama a raudales y la indolencia y cobardía justificada supuestamente, en una actitud prudente, respetuosa y de respeto a los derechos humanos, que en este país todos los días y a la vista de todo mundo se atropellan impunemente.

UNOS GOBIERNOS ABYECTOSY en Jalisco, no podemos decir que nuestro gobierno local sea diferente, pues no es menos que un fariseo que lucra desmedidamente, supuestamente satisfaciendo las necesidades de esta sociedad, nada más lejano a ese propósito, pues solamente se medra con la obra pública y se deja en el más espectacular, ridículo y penoso escenario del crimen oficial y del no oficial, en virtud de la impunidad galopante que impera por todos los rincones del Estado, sin que al parecer, algún día, el gobierno estatal atienda este problema, donde el crimen lo ha rebasado, mejor dicho, ha compartido el poder, apropiándose de vidas y de patrimonios, ante la autoridad oficial, que solamente agacha las llaves de la frente, como lo hacen ahora los presidentes municipales de Tlajomulco y de Zapopan, que han demostrado su supina ignorancia, al desconocer las atribuciones del municipio, que en el artículo 115 de la Carta Magna, que los hace responsables, entre otros servicios, como lo es la seguridad pública, el aseo público, etcétera, etcétera, les encarga la vialidad, que al estar desatendida por el gobierno del Estado, no obstante el convenio suscrito para manipular caprichosamente la vialidad del estado, la que hoy mendigan al exigir que los agentes viales regulen la desastrosa vialidad en que se vive en particular en la zona metropolitana, señores alcaldes, si no lo saben, estudien tantito el derecho constitucional o atiendan a sus asesores que para eso les pagan.

UNOS GOBIERNOS ABYECTOSY qué decir, de los aciguatados poderes Judicial y Legislativo, donde hoy las muchachas que hacen mayoría y que dicen haber luchado tanto para alcanzar un escaño en esa institución, que de seguro no saben cuál es su función, pues es evidente que simplemente están al servicio del Ejecutivo, como ahora también lo está haciendo el Poder Judicial del Estado, que además de estar incurriendo en un delito, al realizar actos para los que no están facultados, de acuerdo a la ley vigente, pero que su sometimiento al Ejecutivo, por alcanzar la magistratura que indecorosamente por sus actos exhiben al aprobar por una mayoría el desempeño de un personaje que después de haber fungido como magistrado, siete años indebidamente, como lo dejó en claro un juicio de amparo, que le restituyó sus derechos a una dama, que como jueza, había demostrado talento, honestidad y eficiencia; que por el desaseo de la política, un personaje que se desempeñaba en aquel entonces, como chofer de un diputado, del que poco o nada positivo hay que comentar y que hoy, sin existir su plaza en el Supremo Tribunal, el Pleno integrado por una mayoría y encabezado por el presidente, le permiten desempeñe el cargo de magistrado, incurriendo, tanto los que aprobaron por mayoría, desempeñar el cargo de magistrado y este, estarlo haciendo así, no obstante que el artículo 147 del Código Penal, tipifica estos actos como un delito y que el inicuo titular de la fiscalía anticorrupción ya estuviera integrando las respectivas carpetas y no estar incurriendo en complicidad con tales conductas, a las que el Ejecutivo los tiene sometidos y al parecer, como el Presidente de la República al Fiscal General, porque les tiene confianza, aunque la sociedad, ni a unos ni a otros les tengamos la mas minima.

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