OPINIÓN

EL REZAGO EDUCATIVO

EL REZAGO EDUCATIVOO “LAS OREJAS DE BURRO”

Por: Jaime Navarro Saras*

Qué tiempos aquellos en que la escuela primaria se caracterizaba por enseñar a leer, escribir, las cuatro operaciones básicas (sumar, restar, multiplicar y dividir), al igual que la historia de México y tantas y tantas cosas que quienes sumamos en el calendario 60 o más años, esos aprendizajes nos quedaron como tatuajes difíciles de borrar.
Imposible de olvidar aquellos castigos ejemplares que imponían los maestros a ciertos alumnos que no cubrían las expectativas en cuanto a tareas, buen comportamiento y los rituales que se requerían para lograr buenas calificaciones.
En dichos tiempos directivos y maestros no se inmutaban si al final del curso se quedaban uno, dos, tres o más alumnos a repetir año, en estos niños, niñas y adolescentes quedaba la lección clara y raro era aquel que volvía a reprobar, las familias lo tomaban con mucha sabiduría y se aplicaban para que en el siguiente curso escolar su hijo fuera otro.
EL REZAGO EDUCATIVODespués llegaron unas modalidades donde aquellos alumnos que reprobaban, les bastaba con tomar un curso de verano y estaban del otro lado, años después llegaron los sistemas numéricos del 5 al 10 y la reprobación no lo fue más.
Hoy en día, reprobar a un estudiante es toda una odisea, de entrada, al docente le implica doble trabajo porque tendrá que explicar las razones por las cuales lo hizo y al final le resulta más fácil poner bajas calificaciones que optar por la reprobación, en estos procesos lo que menos importa son los aprendizajes, lo fundamental para las autoridades es erradicar la reprobación numérica.
Lo que viene sucediendo en las escuelas desde la semana pasada a la fecha, de entrada, no estaba previsto en la programación escolar y menos que sólo asistirían a clases los alumnos con bajo rendimiento o alumnos en rezago (como se les ha caracterizado), eso se hizo como una salida fácil por el hartazgo del calendario escolar y por las olas de calor atípicas de este año. Haciendo un recuento a ojo de buen cubero (y de acuerdo a lo que me comentaron algunos maestros y directivos conocidos), en la mayoría de escuelas no llega ni al 10% los estudiantes que asisten a dichos refuerzos académicos y conforme pasan los días son menos (muy lejano del 30% que reportan las autoridades educativas).
EL REZAGO EDUCATIVOUna cosa que llama la atención es poder saber el impacto real que tendrán estas dos semanas en los aprendizajes de los estudiantes en rezago, queremos que se informe de ello y que se tome en cuenta para poder hacer una programación con calma en el siguiente ciclo escolar y aplicarlo “otra vez” al final del año.
Y ojalá que a aquellos estudiantes y a sus padres de familia les sirva de lección lo sucedido estas dos semanas para aplicarse y que en lo sucesivo no sean parte del rezago.
Son muy significativos aquellos tiempos donde el rezago se significaba con las orejas de burro, las cuales eran maravillosas y hacían magia porque nadie las quería tener puestas y se hacía todo lo posible para que no sucediera, sabíamos que estaban en el escritorio del profe y surgían en el momento menos esperado y siempre, pero siempre había alguien que las portaba por un rato o toda la jornada sentado en un rincón.
Esperamos pues, que la experiencia sirva para mejorar las cosas tanto de la práctica educativa de los docentes, como de la práctica de quienes administran la educación, justo al final de este ciclo escolar que parece no terminar nunca…

*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]

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