OPINIÓN

DEVERAS, ¿EN SERIO?

DEVERAS, ¿EN SERIO?Un principio jurídico en el derecho versa, “El que es causa de la causa, es causa del bien o mal causado”; justificar un comportamiento irracional, reprimido en el interior de una persona, misma que aprovecha la “tolerancia” de las autoridades, solamente puede entenderse como simple complicidad para simular la preocupación y afinidad por lo que la misma autoridad ha sido incapaz de solucionar.

El 8M como las ha dado por denominar una fecha para dar un reconocimiento al género femenino (biológicamente), que ha servido para externar los miedos, remordimientos, traumas, impotencias, rebeldía, resentimiento social, e incluso hasta la irracionalidad.

Este comportamiento “humano”, debería ser ampliamente dilucidado por especialistas multidisciplinarios (sociólogos, psicólogos, psiquiatras, etc), a fin de obtener más información acerca de la transformación que sufren las féminas al integrarse en grupos “pacifistas” que a cada paso que dan manifestándose para visibilizarse con sus causas, terminan siendo hordas de seres casi irracionales e intolerantes con todo aquello que se atraviese a su paso.

Si bien es cierto que, la victimización de las personas en cualquier situación adversa, debe ser justificable; tampoco debe verse la afectación como una razón que deba aceptarse por el resto de la población.

Y es que ahora, esos grupúsculos (al igual que otras minorías), han sido manipuladas por intereses políticos que les han hecho creer que tienen derechos por encima del derecho de los demás, para poder destruir, ofender, lastimar y pisotear las normas de urbanidad.

DEVERAS, ¿EN SERIO?Imágenes circuladas en redes sociales, indican que grupos denominados “radicales” arremetieron contra propiedades públicas y privadas, causando daños materiales.

La aparentemente socializada, “marcha pacifista” que abandera causas en el marco del Día Internacional de la Mujer en México, se ha deformado para dar origen a un comportamiento anárquico, intolerante hacia las personas que no coinciden con las formas que estas “damitas” aseguran defender.

Las autoridades vuelven a fallarle a la sociedad, cuando han sido las causantes de la molestia que muchas mujeres victimizadas, retoman justificadamente, ya que fue alguna autoridad la que no aplicó la ley y mucho menos la justicia, en casos específicos de violaciones, cuando ha sido la incapacidad demostrada de las autoridades para frenar las desapariciones de muchas mujeres (madres, hijas, hermanas, familiares) que generan esa impotencia transformada en ira femenina.

También es consecuencia de la voracidad política que muchos, legisladores con aspiraciones, han aplicado como una estrategia de conseguir adeptos votantes, y lograr con ello, permanecer enquistado en algún nivel o cargo político.

Se trata de un escenario peligroso, más aún, cuando aquellos (terceros o ajenos a dicho fenómeno), se solidarizan con sus congéneres; es decir, madres que ven a sus hijas decididas a abanderar causas de otras personas, por género y hasta exclaman orgullosas, “Mi hija va a participar en su primera marcha a favor de las mujeres”, compartiendo en los dispositivos móviles, imágenes de una horda descontrolada que en todo momento, incitan a la destrucción, rompiendo, dañando todo a su paso, utilizando los espacios públicos (de todos) como si fueran sus propios cuerpos “decorados” con tinta, grafiteando edificios emblemáticos; esos que en otras ocasiones también ha recibido a muchas de estas personas, hoy inconformes al borde de la irracionalidad, en otras fechas se manifestaron interesadas por la cultura.

DEVERAS, ¿EN SERIO?Entonces, cabe aquí una pregunta, para que se invierte tanto dinero en crear leyes, conformar marcos legales, impartición de la justicia, la manutención de organismos e instituciones cuyo objetivo es el de garantizar los derechos y velar por la armonía social, la seguridad, el respeto, la educación.

Qué pasaría si cada fecha simbólica marcada en el calendario, surgieran todas y cada una de las abominaciones y fantasmas vivos en el interior de las personas resentidas.

Si esto pasa en el Día Internacional de la Mujer, cómo sería un Día del Ejercito, o el Día de la Madre o del Anciano, el del Trabajo; podría cambiar la tranquilidad que conlleva el significado para una sociedad, siempre y cuando, no se antepusiera el odio por no haber sido formadas con valores, principios, respeto, valentía.

Repudian todo, que si porque fueron violentadas en alguna etapa de sus vidas, que porque si de niñas sus padres las descuidaron, que porque en la escuela algo les sucedió, que si por una u otra cosa circunstancial, que porque son víctimas del machismo y surgen muchas preguntas más; pero olvidan que la educación y la formación de niños y niñas, es responsabilidad de hombres y mujeres, aunque surjan modelos diferentes de familias.

Lamentablemente, únicamente se quiere ver una parte de la realidad, logrando que en lugar de visibilizar sus “demonios”, muestran la parte menos humana de ser mujeres.

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