OPINIÓN

EL SERVICIO PÚBLICO NO TIENE GÉNERO

EL SERVICIO PÚBLICO NO TIENE GÉNEROPor: Dr. Luis Octavio Cotero Bernal*

Me parece que, es el momento de llamar a la conciencia de los diputados, tanto federales como estatales y a todos aquellos que, dentro de sus funciones, tienen la facultad, tanto de postular candidatos como de designar funcionarios, con el fin de que, sólo se elijan los perfiles adecuados para aquella función en la que, se pretende encomendar un cargo público.

Desde mi muy humilde opinión, el perfil de los servidores públicos, deberían estar revestidos de honestidad, capacidad, eficiencia, congruencia, dignidad y honor, por citar sólo algunas de las cualidades que, deberían considerarse al momento de elegir un representante popular. Teniendo también claro que, todo lo anterior, no hace distinción del género humano.

Con todo el respeto para quienes hablan y pretenden la inclusión de personas con preferencias diferentes a la heterosexualidad, a mi juicio, lo hacen de manera errónea, pues el reclamar o exigir algún espacio en el servicio público, invocando su preferencia sexual, considero que, no les asiste la más mínima razón, porque al margen de ello, las oportunidades las tienen y para el caso de que, les fuera negada esa oportunidad, tienen instrumentos legales para alcanzar el escaño público que, pretenden.

EL SERVICIO PÚBLICO NO TIENE GÉNEROEs importante que, todos los servidores públicos, observen y respeten en todo momento a la institución a la que, sirven y no como en algunos casos en los que, se deja de lado el fin para que, el que se fue elegido, como el desafortunado caso de un magistrado electoral federal del estado de Aguascalientes que, dentro del propio espacio en la institución a la que, sirve, exhibe su preferencia sexual, a quien no dejaré de reconocerle su talento intelectual y formación profesional que, le permitieron alcanzar tal cargo; sin embargo, también tiene la obligación de dignificarlo, a través de su imagen personal como desde la institución a la que, sirve y que, su espectacular demostración de su preferencia sexual, trae aparejado además, presumir su tendencia en el desempeño de su cargo, lo que, desde mi punto de vista, lo aleja de la confianza en su imparcialidad con que, debería desempeñar un cargo tan dignificante como lo es, el de una magistratura en que, la ley y la sociedad deposita la confianza de juzgar y definir los derechos del justiciable que, acude a dicha institución en el propósito de alcanzar la justicia.

EL SERVICIO PÚBLICO NO TIENE GÉNEROAspectos como la sabiduría, la inteligencia, la honestidad, la imparcialidad, la exigencia, la dignidad y el respeto, son torales para garantizar la justicia que, deben ministrar a sus semejantes justiciables, quienes tienen esa encomienda, lo que, no le impide ser (a alguien) lo que, en la vida se proponga o pretenda ser, al margen de sus preferencias de género que, son cuestiones eminentemente individuales, personalísimas, pero sobre todo, muy respetables y de acuerdo a nuestro estado de derecho por demás legítimas, pero ajenas  al servicio público cualquiera que, sea.

El sentido de mi expresión es, como ya lo expresé, con el debido respeto, sin que, mi opinión y postura, respecto a este tema, conlleve algún matiz discriminatorio, porque una cosa es la estructura fisiológica que, la naturaleza nos dotó a cada individuo y otra muy diferente, la preferencia sexual que, cada quien decida ejercer, pues considero que, es un ataque y una ofensa a la propia naturaleza, el hecho de que, todo ser vivo teniendo bien definido su género y función, deberíamos estar obligados a respetarlo, sin buscar ir más allá de lo que, a cada ser le fue dotado por la propia naturaleza y entonces, prohibir rigurosamente la inducción de uno u otro modo para que, otro semejante, cualquier  que, sea su edad, modifique o varíe, su naturaleza  y esencia de que fue dotado.

*Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.

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