¿LIBRE Y SOBERANO?
Por: Dr. Luis Octavio Cotero Bernal*
El día dieciséis del mes en curso, el gobierno del Estado, tuvo a bien celebrar, la reclusión domiciliaria de todos los jaliscienses, la absoluta impunidad de la delincuencia, la corrupción más severa en nuestro estado (de todos los tiempos) y el total sometimiento de nuestro estado, al otro gobierno de facto llamado, delincuencia organizada.
En la más absoluta falta de respeto, al dolor y sentimientos de aquellas personas, quienes han perdido a sus familiares, a manos del crimen organizado y que, desafortunadamente, no hay un solo día en el que, las familias agraviadas, reposen su dolor, pues aquí en Jalisco, todos los días, por todos los rincones de nuestra ciudad y a lo largo y a lo ancho de todo el estado, desaparecen y asesinan a decenas de personas, sin que, las autoridades estatales hagan algo al respecto.
Esta administración se ha caracterizado por derroches superfluos, los que sólo sirven para satisfacer la vanidad y acariciar el ego del gobernador, la comparsa del presidente del tribunal, a la que, se suma la farsa del Poder Legislativo, recursos que, mejor deberían de aplicarse para implementar una cierta y capaz, organización a fin de garantizar la seguridad pública que, venga a restablecer en lo más elemental, la hoy por hoy, nula justicia.
De nuevo me surge la cuestión de preguntarnos ¿A cuál de los dos bandos, de los que, manipulan el estado, habrá qué acudir para demandar lo que, constitucionalmente, se debe de otorgar a la sociedad, como primer elemento de convivencia que, es la seguridad pública? Esa función tan importante que, cada día está más distante y el gobierno, más desinteresado y ausente de esa responsabilidad tan prioritaria.
Cierto es que, el día dieciséis de junio se cumplieron dos cientos años de la constitución del estado de Jalisco, siendo el primer estado de la república en haberlo logrado, pero no menos cierto es que, dicha celebración debería ser de tal manera que, nuestro estado actual como sociedad nos permitiera jactarnos de ser un estado libre y soberano, pues es incongruente usar el vocablo libertad, cuando su sociedad vive en prisión y en su propio domicilio en aras de buscar la seguridad, pero que, ni eso llega a ser suficiente, pues la delincuencia si se lo propone, ingresa al domicilio de la víctima para secuestrarla y/o desaparecerla.
Ya basta de tanta tolerancia a la ineptitud de nuestros gobernantes, a la corrupción y a la impunidad que, imperan en las instituciones encargadas en la administración y la impartición de justicia, a la más grave ausencia del estado de derecho, porque ante el estado actual que, guarda nuestra sociedad, no hay motivo para festejar, cuando la libertad y la soberanía han sido coartadas.
* Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.
