NANKURUNANCIA
“LA FILOSOFÍA DE DEJAR QUE LAS COSAS FLUYAN”
Por: Mariana Navarro Macías
En el vasto panorama de las filosofías de vida que han emergido a lo largo de la historia, la nankurunancia se presenta como una perspectiva única y profunda que abraza la esencia misma de la existencia.
Este término, encapsula una filosofía de dejar que las cosas fluyan, marcando un contraste con la naturaleza humana a menudo ansiosa y controladora.
NANKURUNANCIA A LA MEXICANA
En la rica tradición de México, se pueden hallar similitudes con la nankurunancia en la concepción del tiempo circular y en la veneración de la naturaleza como un ente dinámico y sagrado.
La noción de “In Lak’ech,” que significa “Tú eres mi otro yo” en la lengua maya, refleja la interconexión de todas las cosas y resuena con la idea de fluir en armonía con el entorno.
En el núcleo de la nankurunancia yace la idea fundamental de aceptar el curso natural de la vida, sin resistencia ni intentos desesperados por manipular cada detalle.
Esta filosofía invita a reflexionar a los mexicanos sobre la inevitabilidad del cambio y la impermanencia, recordándonos que nuestra resistencia a fluir con la corriente puede generar sufrimiento innecesario.
En un mundo obsesionado con la planificación meticulosa y la consecución constante de metas, la nankurunancia propone una alternativa, una pausa reflexiva.
Al abrazar esta filosofía, nos liberamos de las cadenas autoimpuestas del control excesivo y la preocupación constante por el futuro.
Dejar que las cosas fluyan se convierte en un acto consciente de rendición ante el incesante fluir de la vida.
La nankurunancia no sugiere pasividad o indiferencia; más bien, promueve una participación activa en el presente, una conexión profunda con cada momento.
Al liberarnos de las expectativas rigurosas y las exigencias implacables, encontramos un espacio para la apreciación serena de la existencia tal como es, sin las ataduras de la ansiedad por lo que vendrá.
NANKURUNANCIA Y EL PASO EN LA HUELLA HUMANA
En el telar de la historia y la antropología, la nankurunancia encuentra sus hilos entrelazados con las enseñanzas de antiguas tradiciones filosóficas y figuras emblemáticas que abrazaron, de alguna manera, la esencia de dejar que las cosas fluyan.
Un ejemplo paradigmático se encuentra en las enseñanzas del filósofo chino Laozi, quien vivió en el siglo VI a.C.
Su obra clave, el «Tao Te Ching», destaca la importancia de fluir con el Tao, un concepto que comparte similitudes con la nankurunancia al abogar por la armonización con el curso natural de la existencia.
Siglos después, en el mundo occidental, el estoicismo, especialmente representado por filósofos como Epicteto y Marco Aurelio, incorporó principios que convergen con la nankurunancia.
Estos pensadores destacaron la importancia de aceptar lo que no puede cambiarse y vivir de acuerdo con la naturaleza intrínseca del universo.
Un capítulo crucial en la historia de la nankurunancia se encuentra en la cultura tupí-guaraní, de donde proviene el término.
Aunque no existe una fecha precisa de su origen, se puede rastrear en las raíces profundas de las comunidades indígenas que han practicado esta filosofía a lo largo de generaciones.
TRANSMISIÓN GENERACIONAL
La transmisión oral de la sabiduría nankurunancia ha sido un medio fundamental para mantener viva esta filosofía a lo largo de los siglos, nutriéndola con la riqueza de experiencias compartidas y lecciones aprendidas.
En la esfera contemporánea, numerosos líderes empresariales exitosos y emprendedores han incorporado principios resonantes con la nankurunancia en sus enfoques de vida y trabajo.
Figuras como Steve Jobs, cofundador de Apple, han expresado la importancia de confiar en el proceso y permitir que las cosas se desenvuelvan de manera orgánica.
Su filosofía de «conectar los puntos hacia adelante» refleja la noción de que, a veces, solo entendemos plenamente el significado de nuestras experiencias en retrospectiva.
A MODO DE RECIPROCAR
En, la nankurunancia, aunque arraigada en tradiciones ancestrales, sigue siendo relevante en el crisol de culturas y contextos contemporáneos.
A través de las páginas de la historia y las experiencias de aquellos que han abrazado esta filosofía, se revela como un faro atemporal que ilumina el camino hacia una vida más plena y en armonía con el incesante fluir de la existencia.
Al igual que el agua que se adapta a su entorno, la nankurunancia nos insta a ser flexibles y adaptables en la travesía de nuestra existencia.
La nankurunancia emerge como un faro de serenidad en un mar agitado de expectativas y ansiedades que hoy asolan a los mexicanos.
En sus sutiles enseñanzas, descubrimos que dejar que las cosas fluyan no es una renuncia a la responsabilidad, sino una invitación a vivir con una presencia consciente.
Al adoptar esta filosofía, encontramos el equilibrio entre la acción deliberada y la aceptación de lo incontrolable, cultivando así una forma de vida más rica y plena.
CONCLUYENDO
Que esta filosofía, como un eco ancestral, te inspire a abrazar la belleza del presente y a confiar en que, al soltar las riendas del control, descubrirás una dicha que trasciende lo mundano.
Que se siga viviendo México en la piel, sin resistencia y con permanencia.
