OPINIÓN

PROHIBICIÓN

PROHIBICIÓNPor: Luis Rodolfo Morán Quiroz*

Entre el 17 de enero de 1920 y el 6 de diciembre de 1933 estuvo vigente la “enmienda XVIII” de la Constitución de Estados Unidos de América. Fue derogada con la “enmienda XXI”. La enmienda, conocida también como “Ley Volstead” en honor al legislador Andrew Volstead que la promovió y vigiló su desarrollo, prohibía la venta, importación, exportación, fabricación y transporte de bebidas alcohólicas en todo el país. El movimiento comenzó en el estado de Ohio, según se narra en el libro de Lin Weber, Prohibition in the Napa Valley. Castles Under Siege (2013). Esta prohibición no aplicaba, empero, para los vinos de consagrar, es decir, aquellos utilizados en la iglesia católica para sus rituales, lo que dio lugar a la posibilidad de cultivar uvas, dejarlas fermentar, producir vinos, conservarlos y transportarlos a los templos. Con ese pretexto podemos imaginar que hubo una gran cantidad de ventas de bebidas alcohólicas. Como narra Lin Weber, también se podía recetar como remedio medicinal, así que en algunas farmacias y empresas vitivinícolas solía existir más líquido del permitido y fue frecuente que se destruyeran las reservas de empresas como aquellas que todavía existen en El Valle de Napa, en California.

PROHIBICIÓNEntre las lecciones que podemos derivar de este periodo de prohibición en el vecino país del norte, que se inició como un movimiento de “templanza” en el comer y el beber, es que los humanos siempre encuentran alguna excepción para acceder a lo prohibido. Personajes como Al Capone, quien controlaba buena parte del mercado, se hicieron ricos con el tráfico clandestino de esos líquidos fermentados por todo el territorio estadounidense. Weber señala que este movimiento de templanza, que se enfocaba en los efectos de la embriaguez en la sociedad y que señalaba específicamente a los migrantes recientes y en especial a los católicos, tuvo efectos paradójicos: mientras más se prohibía la venta de alcohol, las personas tomaban más para aprovechar las últimas oportunidades que podrían tener en un tiempo indeterminado. Así que la gente se emborrachaba más, a pesar de que hubo algunos que ya no accedieron al alcohol.

PROHIBICIÓNComo sabemos, la comisión de delitos también se presta para la corrupción de quienes deben vigilar que la gente no haga lo que se declaró prohibido. Así, policías y jueces se convirtieron en parte del negocio de dejar pasar lo que no debería pasar porque estaba prohibido. Multas o condenas bajas para los productores, consumidores o distribuidores y recibir alguna gratificación por voltear para otro lado. Había legisladores que votaron “secos”-DRY (a favor de la “Ley Seca”), aunque siguieron bebiendo alcohol con sus amigos de la mafia y fuera de ella, por lo que se les consideraba “húmedos”-WET. Esta oposición entre “Dry” y “Wet” fue una muestra de idealismos y de hipocresía a la vez. La policía y las autoridades de todos los niveles participaban en el consumo y en el negocio de los productos alcohólicos. Como señala este video, casi cualquier cosa se puede usar para producir alcohol y generar adicciones (https://www.youtube.com/watch?v=WAwY1AVl0AU). Señala que incluso muchos de los humanos llegaron a este mundo como efecto de haberlo ingerido.

Otra lección que hemos aprendido desde hace mucho tiempo es que a los humanos nos da por asomarnos a realizar las actividades que nos prohíben. Así que, antes de que se acabe el alcohol, le entramos a tomarlo porque estará prohibido al rato. A pesar de haber transcurrido más de un siglo del inicio de la vigencia de la ley Volstead, los humanos no hemos aplicado adecuadamente este aprendizaje en otras áreas, pues siguen prohibidas otras sustancias que han llevado a varios miles de muertes, además de las que ya se suscitaron por el mercado de los alcoholes en el vecino país en el siglo XX. La prohibición de otras sustancias se basa no solamente en el cultivo de la templanza con el rigor de las iglesias cristianas, sino que promueve, paradójicamente, el cultivo de plantas y el desarrollo de la creatividad con drogas sintéticas. ¿Qué nos deja esta historia que va de la prohibición del alcohol a la persecución de quienes producen, venden y consumen sustancia como la muy de moda fentanilo? La historia del valle de Napa, de donde proviene buena parte de los vinos que muchos de nosotros hemos disfrutado, muestra no sólo el efecto paradójico de la prohibición, sino también cómo la prohibición de un negocio floreciente impacta la economía y aun cuando se haya dejado fermentar legalmente, se encontró la manera no sólo de continuar el negocio, sino que se generó un interés por abrir nuevas opciones, lo que derivó en pequeñas destilerías que no existían antes de que se prohibiera el alcohol. Algo paralelo a la creación de pequeños laboratorios para procesar distintas sustancias.

PROHIBICIÓNTambién nos queda claro que quienes cultivan las adicciones ajenas se cuidan bien de hacerse adictos a los productos que venden. Aunque quizá sea adictos a la adrenalina, u otras sustancias, no necesariamente sustancias que ingresan al cuerpo de los usuarios. Como se ve en la adicción a los dólares, la gasolina y el internet. Como el sexo y el azúcar, esos flujos también tienen efectos químicos en los usuarios involucrados. Como comenté arriba, el vino de consagrar o para la salud, tiene un paralelo en las drogas con usos medicinales, lo que genera un mercado supuestamente “marginal” para esas sustancias que están prohibidas para todos, con EXCEPCIÓN de tales condiciones, con lo cual ya se encontraron razones para seguir produciéndola y consumiéndola. Según algunas narraciones algunos productos se han inventado para evitar algunas adicciones como el gusto por el placer sexual (https://www.ideal.es/sociedad/201508/06/kellogs-corn-flakes-unos-20150805120028.html#:~:text=Su%20creador%2C%20el%20médico%20John,los%20niños%20para%20evitar%20erecciones). Así, John Harvey Kellog inventó las hojuelas de maíz (los famosos corn flakes) para distraerse de la tentación de la autoexploración: “La idea era plantear un desayuno sano, listo para comer y efectivo para evitar la masturbación (…) [para Kellogg] ni el sexo ni la masturbación eran saludables. Tanto que incluso dormía separado de su mujer para no consumar su relación y adoptó a sus hijos (…) la masturbación podía provocar epilepsia, acné, artrosis y debilidad entre otras. Por ello creó los cereales con tal de que fueran capaces de reprimir los impulsos más primarios del hombre” (y de la mujer, me atrevo a añadir, para especificar y no señalar sólo a los varones como viciosos y a los cuerpos de las mujeres como objetos de tentación).

fantasmaHemos sabido ya de muchas historias de personas, incluidas policías, jueces, ministros religiosos a quienes se tacha (en masculino y plural) de ser mariguanillos, borrachos, cocos, alcohólicos, adictos al fentanilo. Como se ilustró en la serie “harina” (https://youtu.be/aIjPhI5LDCU?si=3xBgmXgf5SoI-CYw) la línea entre perseguir y ser adicto es bastante tenue. Cabría preguntarse si el negocio está precisamente en prohibir para que la gente se sienta atraída a ese mercado, además de que cuando hay corrupción los “beneficios” del negocio se distribuyen en la población. Por otro lado, la posición que propone no prohibir, nos plantea si se puede asumir que la gente hace decisiones sensatas y se mete al cuerpo lo que le da la gana bajo su propio riesgo. ¿Habría que cuidar a todos? ¿O dejar morir a algunos como ya sucede con los coches, el alcohol, el azúcar, con deportes extremos y otras actividades de riesgo como el consumo de grasas y almidones? Como plantea el recientemente electo presidente de Argentina, en la visión liberal el problema se da cuando los problemas de salud le cuestan a todos. ¿Son o deben ser las adicciones problemas de salud pública? Si la droga es un asunto de salud pública (igual que la diabetes), entonces… (https://youtube.com/shorts/26TGd0q8NIM?si=eklRPwifVAmDcMAo). La discusión sigue en pie.

Por otro lado, algunas adicciones, como las que derivan en el tráfico, no de sustancias, sino de personas (o de sus cuerpos) afectan la salud y la vida de quienes no deciden consumir los productos asociados (https://www.rollingstone.com/culture/culture-features/fbi-agent-undercover-human-trafficking-stings-nikki-badolato-1234923666/).

PROHIBICIÓNLos debates continuarán todavía durante buena parte de la historia de la humanidad. Si prohibir deriva en llamar la atención hacia determinadas acciones y sustancias, ¿permitirlo derivaría en que la gente deje de tener interés en determinadas actividades? ¿Recuerdan cómo la iglesia católica (a la que se señalaba de tener la culpa por los ebrios en Estados Unidos) tenía un “índice” de películas y libros prohibidos que se convirtieron en éxitos de taquilla y de ventas gracias a que se les promovía prohibiéndolos? Valdrá la pena reflexionar en los rangos de lo que se puede y debe permitir y lo que podría quedar fuera del alcance y del conocimiento de las personas. Un caso a reflexionar es el de cómo la prohibición de las relaciones pre- o extramatrimoniales o del uso del condón, también por parte de algunas iglesias, ha derivado en que aumenten las enfermedades de transmisión sexual y la cantidad de niños sin familia. Cabe mencionar que para esa prohibición, al menos desde hace una década, también existen “ventanas de oportunidad” para evitar desobedecerla mientras se utiliza un condón: (https://www.bbc.com/mundo/noticias/2010/11/101120_papa_benedicto_condon_aceptable_libro_rg).

En cuanto a la prohibición del tráfico de estupefacientes, es sabido que ha dado lugar, en nuestro país y en muchos otros, a un amplio mercado asociado. No sólo se trafica con sustancias químicas enervantes, sino también con armas, influencias, personas y se genera extorsión, corrupción, cobro de piso. En algunos casos los carteles han incluso realizado “labor social” gracias a los márgenes de ganancia, para distribuir despensas y juguetes en pueblos bajo su control. La práctica de “beneficencia” de parte del crimen organizado no es novedad, como muestra el caso de Al Capone, el “mafioso filántropo”, quien abrió comedores para atender a los desempleados durante la época de la “Depresión” en Estados Unidos (https://fantasticfacts.net/es/187/).

*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor del departamento de sociología. Universidad de Guadalajara. [email protected]

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