UN TRIÁNGULO DRAMÁTICO MÁS
Por: Luis Rodolfo Morán Quiroz*
Chris West explica, en una obra reciente, el “triángulo dramático” de Stephen Karpman. En The Karpman Drama Triangle Explained (2020), este psicólogo ilustra, de manera accesible, cómo los roles de villano, víctima y héroe funcionan y se intercambian en distintas relaciones. Este triángulo dramático es aplicado en la perspectiva del análisis transaccional propuesto por Eric Berne (1910-1970; su análisis transaccional recibió su nombre a fines de la década de los años cincuenta (https://lluiscamino.com/sites/default/files/Triangulo_Dramatico.pdf). Un seguidor de este tipo de análisis, Stephen Karpman, bautizó al triángulo y analizó algunos relatos literarios como ejemplos de lo que sucede en las relaciones entre personas (https://www.bpdfamily.com/content/karpman-drama-triangle); el texto en inglés de 1968 (https://karpmandramatriangle.com/pdf/DramaTriangle.pdf); Traducción al español, con un relato adicional de parte del traductor (https://www.imat.com.mx/pdf/Premios-Eric-Berne%20Espanol/1972%20Triangulo%20Dramatico.pdf).
La herramienta analítica viene al caso a raíz de las interacciones de meses y años recientes entre el gobernador del estado de Jalisco, el presidente de la república y el líder del grupo UdeG. Los roles de estos personajes se ajustan a diversos momentos de una saga y ninguno de los tres permanece por mucho tiempo en el rol de villano, el de víctima o el de héroe. Como explica Chris West, aun cuando el drama inicia con cada uno de ellos en uno de los roles, llega un momento en el drama en que los personajes cambian de papel. Así, en algún momento es Alfaro quien es el villano que le quita el dinero a Padilla y su grupo, quienes asumen el papel de víctima y lanzan una invitación al pueblo (sabio o no; universitario o jalisciense) para ser rescatados y aparece Amlo como héroe que rescatará al pueblo jalisciense del grupo universitario, mismo que asume el rol de villano cuando se señala que se roba el dinero y organiza una FIL para “intelectuales orgánicos y conservadores”. La UdeG pide ayuda al gobierno federal para escapar de las garras de Alfaro, quien dice que es víctima del grupo UdeG y de su líder, que secuestraron a la universidad, víctima de la que Alfaro será el héroe.
La narrativa de injusticia, de salvación y de hostigamiento, se incluye entre las posibilidades del juego (vale resaltar que el término “play”, en inglés, tiene la acepción de juego y de obra dramática) e incluso quienes se unen a los roles principales lucharán por ser los mejores en la representación. Así, Ricardo Villanueva hará lo posible por ser más víctima que Raúl Padilla y, desde su papel de víctima de Alfaro, asumir el papel de héroe de los estudiantes actuales y futuros. Los secretarios del régimen actual de Jalisco harán de héroes que se lanzan en contra de Padilla y protestan frente a la Expo-Guadalajara en donde se realiza la FIL y se quejarán de que el gobierno federal no los apoya. Los profesores nos quejamos de que las autoridades de la UdeG piden dinero pero lo usan en el Show-Business y no necesariamente para subir los sueldos o las categorías de los docentes y el personal en general.
La saga puede prolongarse por mucho tiempo, con los mismos actores cambiando de papel por tiempo indefinido. En términos más amplios, si ya hemos observado que la llamada a votar si el pueblo desea que los anteriores presidentes del país fueran juzgados quedó en simple sainete, es probable que el juicio al actual presidente de la Feria Internacional del Libro no se realice en años venideros. Todo indica que, si no hemos visto que lleguen a la cárcel Salinas, Zedillo, Fox, Calderón o Peña Nieto, tampoco llegará a ser juzgado AMLO, ni Alfaro ni Padilla y seguirán representando su drama desde otros cargos en los que se asumirán alternativamente como víctimas (nuestros adversarios hablan mal de la 4T; Padilla tiene secuestrada a la Universidad de Jalisco), como héroes (“ya iniciamos el desmantelamiento de las redes de poder”; “los universitarios consolidaremos la educación de nuestros estudiantes”) y como villanos para los demás. A veces salen algunos actores del escenario (el removido rector Briseño, quien quiso ser redentor y salió crucificado, es un caso de suicidio sorpresivo) y a veces entran otros más que sirven para reforzar a los papeles principales o para emularlos.
Según la visión del análisis transaccional, es posible no engancharse en esos roles del triángulo dramático y cabría esperar que por la salud mental, pública y política, esos conflictos se resolvieran para beneficio de la población de docentes, estudiantes, habitantes de este territorio de Jalisco. Lo que no sabemos es cuándo y cómo eso podría ser. Algunos analistas como Pedro Mellado (https://www.youtube.com/watch?v=D6WmFItqvYA) afirman que Padilla está a dos fuegos. Sin embargo, como ya hemos visto, la reciente invitación de parte de Ricardo Villanueva a Claudia Scheinbaum (“corcholata” en apariencia preferida de AMLO, es decir, posible candidata a la presidencia de la república) a la Universidad de Guadalajara habla de posibles alianzas de Padilla con AMLO. No habría que descartar que, en vez de estar “a dos fuegos”, en realidad los tres (Alfaro, Padilla y López) juegan/representan/ejecutan diversas posiciones que probablemente les lleven a alianzas. Mi predicción es que ni Alfaro ni AMLO ni Padilla estarán dispuestos a que otro actor desconocido entre a un juego en el que ya los tres están bastante “acuatados” y han encontrado la cómoda posibilidad de atacarse sin hacerse daño.
Mientras tanto, los estudiantes y docentes actuales y futuros, somos simples espectadores de un espectáculo que les deja a ellos los ingresos y les conserva la decisión acerca de egresos, proyectos, puestos y demás recursos involucrados. Cada uno de los personajes, desde cualquiera que sea el rol que asuma en el momento, moverá sus piezas en una triangulación que les seguirá divirtiendo por varios meses o años por venir. En el actual contexto institucional, cultural y político es común que se pueda reclamar ser víctima para ser quien continúe las agresiones (como alega Putin, quien se dijo agredido por la OTAN para apoderarse de los territorios contiguos como Crimea y Ucrania). En un ethos como ése es poco frecuente que alguien asuma la responsabilidad y las consecuencias (la expresión en inglés es “the Buck stops here” para señalar que alguien asume los costos de determinadas decisiones; costos que suelen pasarse a otros cuando se expresa “pass the Buck”), predigo que habrá todavía varias escenas de echar la culpa a los demás (blame shifting) de lo que haga cada participante y de tratar de engañar con explicaciones y justificaciones de las acciones propias que no se dirigen a resolver el problema (gaslighting), sino a echarle más leña al fuego. En buena parte, este triángulo que se presenta ante nosotros promueve más el lema de “the show muy go on”, para prolongar indefinidamente el conflicto y de paso aprovechar el río revuelto. Como señala Chris West, este triángulo dramático ha contribuido a la riqueza de los productores de series de Netflix, así como lo seguirá haciendo para los actores involucrados en los tres roles principales del drama entre Alfaro, Padilla-Villaseñor y López.
Una explicación teórica del triángulo dramático en el análisis transaccional de Eric Berne se puede consultar aquí: (https://lluiscamino.com/sites/default/files/Triangulo_Dramatico.pdf).
*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor-investigador en el Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara. rmoranq@gmail.com