TURISMO

TURISMO DE URBEX, EXPLORACIÓN Y RUINAS

De alguna manera, explorar implica admitir que la vida -la auténtica, la de verdad- no transcurre en nuestro aquí y ahora particular, sino que está en otra parte. Que nos la estamos perdiendo. Y que nos está esperando.

TURISMO DE URBEX, EXPLORACIÓN Y RUINASNo siempre es necesario atravesar continentes para descubrir universos paralelos entreverados con el nuestro. La Exploración Urbana -habitualmente abreviada como UrbEx– así nos lo muestra.

La explotación turística del lugar abandonado, (aunque los urbex se enorgullecen de operar al margen de los circuitos turísticos), es tendencia que no escapa a los tentáculos de la industria del sector.

Se puede viajar en el tiempo a través del urbex, es la combinación del arqueólogo y del turista del tiempo. Sea por un interés en la historia local, la ficción o la adrenalina, hoy más que nunca, la ruina, lo marginado o lo inaccesible, son las prácticas particulares de la tierra incógnita.

Y esta combinación del tiempo e inspiración no es única del siglo XXI. Ya sucedió en España, con poetas como Bécquer, extasiados ante la visión de la ruina abandonada que le daban vida a sus poemas:

TURISMO DE URBEX, EXPLORACIÓN Y RUINAS“Silenciosas ruinas de un prodigio del arte, restos imponentes de una generación olvidada, sombríos muros del santuario del Señor, heme aquí entre vosotros”.

El urbex del siglo XXI comparte varias facetas con el caza ruinas del siglo XIX. Ambos coinciden en la mística que posee el lugar abandonado.

Ambos sienten un estremecimiento cuando penetran en uno de esos espacios perdidos fantaseando con el tiempo pasado. Bien podrían ser los arqueólogos de nuestro presente.

A su modo, y a falta de Marco Polos, Magallanes, o Cooks, estos exploradores urbanos nos enseñan que existen otros mundos, silenciosos, pero que permean éste. Y que nos están esperando a través del turismo entre ruinas, que en esta pandemia se vuelven sitios “seguros” pues nadie los visita, salvo los urbex exploradores.

INICIOS DEL URBEX EN EL MUNDO: DESDE STALKERS HASTA EL HACKING Y EL HAIKYO

No hay datos exactos de cuándo ni de cómo surge esta práctica del URBEX. Tampoco especialistas académicos que lo impulsen. Muchos dicen que se importó desde España con los castillos de la Corona escondidos en medio de bosques; otros, que vino de Estados Unidos, con sus inmuebles abandonados tras la debacle económica de 1930 creándose la expresión URBEX por sus siglas en inglés (Urban Exploration).

TURISMO DE URBEX, EXPLORACIÓN Y RUINASNo obstante existen registros que el Urbex existe en Canadá desde 1996 habiendo un registro de esta actividad en el sitio web Infiltration.org

Y en la década de los sesenta del siglo pasado se denominó “Hacking” a la actividad realizada por un grupo de universitarios estadounidenses, motivados por un profesor de su casa de estudios, a explorar espacios abandonados. A fines de los años ochenta, aparecieron los llamados “Stalkers” o expedicionarios de ruinas urbanas y militares que merodeaban los vestigios de los últimos días de la Unión Soviética. En Japón, también se practicó en zonas donde la segunda guerra mundial dejó heridas abiertas en el espacio, y se cuenta con la palabra Haikyo, por la afición de recorrer todas las ruinas.

En Latinoamérica también existe el URBEX incluso existen mapas en Google destinados a decirle en dónde hay sitios en abandono.

También se le conoce como “Turismo industrial” o exploraciones de sitios decrépitos.

Los urbexianos son un clan de personas de todo el mundo, generalmente jóvenes o con espíritu joven, que les da por explotar y por hacernos viajar a través del tiempo.

El lema de un urbex es, “No te lleves nada, sólo fotos. No dejes nada, sólo huellas”, los exploradores del URBEX buscan inmortalizar edificios abandonados, captar la esencia lo que ya es irreverente pero que un día fue. Descubrir las huellas de la vida huida, evaporada de aquel lugar deshabitado.

LA OTRA CARA DEL URBEX

No es que existe una guía turística al uso equivalente a los típicas de ’10 sitios que debes visitar en el urbex ‘, el turismo de urbex se da para personas que investigan sitios abandonados y atraen a decenas de miles de colaboradores para compartir fotografías, mapas y secretos sobre lugares subterráneos y abandonados, desde fábricas desahuciadas hasta casas deshabitadas.

TURISMO DE URBEX, EXPLORACIÓN Y RUINASMuchos consideran que es una práctica riesgosa, desconocida y en muchos casos ilegal , realizada en su mayoría por jóvenes, muchos menores de edad, quienes revelan a través de las redes sociales, y sin proponérselo, el actuar de los órganos del Estado, sus leyes y políticas públicas ante la situación de los espacios abandonados, poniendo en el ojo del huracán a los propietarios de residencias abandonadas o bien develando el abandono de inmuebles que deberían ser salvados por los locales o autoridades de cada país.

Al crear un modelo alternativo para la acción, los exploradores urbanos quebrantan las narrativas públicas sobre lo que se puede y debe hacer, de manera similar a otros ejemplos subversivos urbanos como el grafiti, el exaltado pankour y los patinadores de skate.

En otras partes del mundo existen casos que han terminado en llamados a la policía.

Otro factor a tomarse en cuenta son ciertos peligros ambientales que pueden encontrarse al recorrer un inmueble o recinto en ruinas y graves accidentes que le han costado la vida a más de uno.

CONCLUYENDO

La exploración urbana, o el turismo del URBEX sin proponérselo, permite una mirada directa hacia un viaje al pasado de estos lugares dejados en el olvido, llevándonos a el contexto histórico, político, social o económico que pudo llevarlo a quedar inutilizado o abandonado por manos públicas o privadas.

Estos espacios son apreciados por sus cualidades estéticas, por las posibilidades que ofrecen para escapar temporalmente del ajetreo circundante del entorno urbano, y la habilidad de dar pistas sobre cómo se verá el futuro, cuando todas las personas seamos también parte de la máquina del tiempo que dejará marca de lo que fuimos y del espacio tiempo que nos permitió vivir.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *