LA IGNORANCIA ES UN CRIMEN
BASE JURÍDICA: El cuerpo normativo en sus artículos 108-114 de la Constitución. Ley general de responsabilidades administrativas, y derechos humanos, corrupción, delitos, faltas administrativas graves y no graves.
Recursos Públicos en forma eficiente, eficaz, honesta. Las acciones de las conductas se pueden clasificar de acuerdo a la gravedad conocida por el desecho adjetivo por el tribunal de justicia administrativa, que deberá garantizar sus derechos Humanos de la reforma del 2011 y a la materia de responsabilidad de los servidores públicos en el 2016 con esta ley, que deberá garantizar el debido proceso. Y la fuerza que tenga el auditor para poder integrar los posibles delitos o faltas administrativas.
La importancia de los órganos de fiscalización para poder ser instrumentos de coordinación de los órdenes de gobierno a los posibles delitos (OSFEM).
Todo está sujeto al principio, legalidad y sus derechos humanos. Su antecedente constitucional a esta ley en 1953 y a su realización de la nueva ley en el 2016, permite tener más instrumentos normativos y a las posibles sanciones por omisión y colusión de los servidores públicos, la destitución temporal, reparación del daño, el articulo 109 los principios, el artículo 100, antecedentes de los hechos, la resolución en el término de 45 días y su ampliación de 45 días a la resolución sin tener responsabilidad alguna anteriormente de esta ley y si actualmente no se resuelve en el término, opera la caducidad, así como el desahogo de 30 días para su resolución al delito a falta. La caducidad 6 meses opera como caducidad de instancia y a su aplicación de omisión conforme al artículo 1° de la constitución párrafo tercero. Los delitos de acuerdo a la gravedad como el cohecho, soborno, enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias.
La ilegitimidad puede constituir un punto de quiebre para las instituciones representativas, ya que provoca que la toma de decisiones dentro del sistema democrático se complique a causa de esa falta de credibilidad que se arroja principalmente sobre los partidos, el Congreso y el gobierno mismo, LA INVASIÓN DE LA LEY GENERAL DE RESPONSABILIDADES ADMINISTRATIVAS Y SUS MECANISMOS DE CONTROL ENDÓGENO. Esta ilegitimidad de los actores del sistema termina contagiando a la decisión misma, que a ojos de la sociedad se vuelve cuestionable, poco creíble, ineficaz o de plano inaceptable.
El sistema del poder produce el gobierno en sus tres niveles (federal, local y municipal) de su organizaciones desaprovechar lo que los hace personas importantes como entes de servicio público a su entorno, y por eso tienen buenos motivos para preservar sus puestos, aun cuando ello los lleve a adoptar métodos represivos de sus acciones, en ocasiones las masas no entienden estas y delegan su función de gobernanza. Pueden legitimar tal conducta señalando que una organización de masas es, inevitablemente, una organización que se mantiene mediante la lucha contra enemigos poderosos y malos.
El daño público a la población en la mala administración y colusión de dineros emanados a través de impuestos y presupuestos de egresos autorizados por los legisladores de todos los partidos y a la percepción de corrupción e impunidad a nombre del poder público. Toda responsabilidad en su probable argumentación desde el artículo 108 al 114 de la constitución y sus modalidades de responsabilidad de colusión. La responsabilidad parte también del principio de rendir cuentas por el ejercicio de un cargo o recursos de los contribuyentes, esto es, que el mandato.
La responsabilidad destaca de una manera excepcional cuando se la relaciona con la evaluación de las posibles consecuencias de una serie de actividades humanas (llámense éstas, actividades económicas, políticas, biomédicas, ingenieriles…). La razón esgrimida para dar cuenta de este ascenso del término responsabilidad, tan olvidado, por otra parte en la tradición ética, se basa en la fuerte incidencia que tienen todas esas áreas institucionales en la constitución de un mundo más o menos habitable, es decir, más o menos humano y también, como no podía ser menos, su influencia tan determinante para el modo que tenemos de entendernos como hombres y mujeres que lo habitan. Las tres características que, a nuestro entender, delimitan la estructura del acto responsable, a saber: el saber, la capacidad y el poder. Ninguno de ellos por sí mismo; los tres en interrelación.
