La construcción del Seminario de la Orden de las Agustinas Recoletas finalizó en 1733 igual que el templo de Santa Mónica, con una función doctrinaria que perduró 126 años hasta 1859, año en que el presidente Benito Juárez expulsó a las monjas, quedando el vetusto edificio abandonado por nueve años iniciando así, la leyenda.
En el año 1898 el escritor estadounidense Morgan Robertson publicó un libro de ficción sobre un buque transatlántico de pasajeros único en su época de nombre “Titán”. El 14 de abril de 1912 el trasatlántico
“Titanic” zarpó en su viaje inaugural y acabó hundiéndose en las heladas aguas del Atlántico norte. Los dramáticos detalles del libro y de la realidad, tuvieron una escatológica coincidencia.
El libro se titula: “Futility, or the wreck of the titan” (Inutilidad o el naufragio del titán).
Antonio Arroniz Topete y su esposa Elena Ponce Dávila, (1882).
De manera parecida en ese mismo año de 1898 el historiador español. A Rodríguez Villa escribió un libro compilatorio titulado “Historia Genealógica y Heráldica de la Monarquía Española” * en la que en un capítulo habla sobre la desaparición de personas en la capital de la nueva Galicia del siglo XVIII, y en la que como buen creyente da por verídico que las almas de estos desaparecidos/muertos, impregnan el lugar donde se encuentran atrapados, impedidos a trascender al éter… a la gloria del cielo ante la nula sepultura de sus despojos. Cuenta la leyenda que la sangre de Raúl o Saúl impregnó y marcó la viga de madera con la que fue asesinado quedando su alma cautiva en la edificación del seminario hasta su conclusión en 1733. (Dicha construcción de 13 años fue espaciada y lenta, pues los alarifes espantados por los lamentos dejaban el trabajo). Fue gracias a la invocación continua por parte de las monjas Agustinas Recoletas, que las plegarias ejercieron ecuanimidad/tranquilidad sobre el alma cautiva durante estos 126 años.
El mismo libro de A. Rodríguez Villa menciona la influencia negativa a las, o a la persona que se acerque a la fuente que engendró un sufrimiento (la viga con la que fue muerto) … y unos párrafos más adelante se lee: “Una autoridad enérgica, impetuosa que lastre con muertos, podría quedar envuelto en el maligno y atraer la muerte para sí. Como una repercusión de su dramático destino. Todo dependerá del grado de conmiseración que deba tener hacia sus enemigos… el diablo atenta según sus actos”.
Orden de Monjas Agustinas Recoletas.
En los 9 años que duró esta vetusta construcción abandonada, el espíritu de Raúl o Saúl, exteriorizaba horrendos lamentos, gritos y aullidos que rebotaban en las desnudas paredes, implorando furioso salir de su cautiverio de piedra, ya afectadas por el tiempo…
El arzobispo Pedro Loza y Pardavé, considerando lo deteriorado del edificio, su abandono y su leyenda; convoca y celebra una licitación en la que el Ingeniero Antonio Arroniz Topete es elegido para reconstruir el seminario. Así, en 1890 inician los trabajos. Motivado por ello en el año 1901 el ingeniero Antonio Arroniz Topete fundó una fábrica de cerámica, con la que acabo de proveer de los ladrillos rojos elaborados en rústicos hornos que forman el cuerpo de esta magnífica construcción fusionado con el estilo barroco y el Art Nouveau dándole un aire de fortificación. Arroniz decidió, -durante la demolición parcial- aprovechar gran parte de los cimientos originales.
La pesada viga con la que se le arrebató la vida a Raúl o Saúl quedó así –aun utilizable-, cubierta de mampostería y cantera. Después de doce años de accidentado trabajo (algunos alarifes –de nuevo- dejaron la obra espantados por los lamentos… lo que hizo lenta la construcción) … en 1902 se da por terminado el edificio con apariencia “de fortaleza intelectual” en la que el seminario de las Monjas Agustinas Recoletas, reiniciaron su labor. La paz al espíritu de Raúl o Saúl volvió ahora en un nuevo recinto.
(Un edificio de estas dimensiones, aun con las limitaciones técnicas de la época podría construirse en ocho años. El edificio de las Fábricas de Francia -Juárez y Alcalde- de 4 pisos, de arquitectura neoclásica y “garigoleados” en su fachada, se derribó y se reconstruyó en solo 2 años siendo reinaugurado en el año de 1900).
Cuenta la leyenda que el hombre Raúl o Saúl, estaba trabajando en la construcción de una de las vertientes de los túneles que sería conectado al templo de Sta. Mónica en 1731, partiendo de las casas consistoriales; -Calle Morelos y Ángela Peralta-. Acudió al predio donde lo asesinaron porque fue a reclamar a otro compañero de excavación, de nombre desconocido, la sustracción indebida de una pesada reliquia de plata –de los destinados en cofres de resguardo para los nichos de los templos-. Como fiel creyente exigió se devolviera… las autoridades españolas no hicieron nada por su muerte… su mujer quedó en el abandono. Raúl o Saúl, actuó en favor de la Corona Española y no hubo justicia de la autoridad.
La indignación, la impotencia y el rencor trascendieron las leyes físicas y su poderoso ímpetu agravio su espíritu, que cual animal salvaje encadenado, desafiaba salir furioso de su prisión… mermando sus fuerzas el poder apaciguante de la oración. Tranquilidad etérea que terminó abruptamente en 1914.
Eran tiempos convulsos y revolucionarios, una atmósfera sin ley prevalecía en todo el territorio y las huestes beligerantes se dividían entre quienes se subordinaban leales a “las órdenes de más arriba” y los que, aprovechando su velo de autoridad, cometían agravios en la vulnerable población. Por lo que, con el anuncio del arribo de conocido personaje autoritario, rebelde, impositivo y con poder e intención de imponer paz y justicia a nuestra atemorizada sociedad, cambiaría para siempre los destinos del ahora conocido “Edificio Arroniz”.
Después de cruenta batalla en la Hacienda de Orendain, llega a Guadalajara en julio de 1914 el ejército constitucionalista al mando del general de división Álvaro Obregón Salido y se instala en Palacio de Gobierno.
Entre sus primeras órdenes lo son un informe de la ciudad y acuartelar a su ejército. El convento de San Miguel –calles Donato Guerra y Pedro Moreno- se convirtió en regimiento.
Posteriormente, Obregón ingresó al recién construido Seminario de las Monjas Agustinas Recoletas, y en el patio central inmediato a la entrada… recargado en la columna sur poniente, cerca de la oculta viga de madera, instrumento de muerte contra Raúl o Saúl, 182 años atrás, dijo: “¡Jacinto, que las monjas desalojen este lugar y de inmediato mi ejercito tome posesión de este edificio!* los quiero aquí acuartelados… esta plaza no la hemos de perder…” Pronunciadas estas palabras y “escuchadas” haciendo eco en las paredes… se selló el destino de Álvaro Obregón; pues fue una réplica de lo escrito en 1898 por A. Rodríguez Villa: “Una autoridad enérgica, impetuosa que lastre con muertos, podría quedar envuelto en el maligno y atraer la muerte para sí…” Esta autoridad fue el canal para verter el rencor de un espíritu agraviado… confinado… El 17 de julio de 1924, acudiendo a la invitación de unos diputados de Guanajuato a comer al restaurante “La Bombilla” en Ciudad de México, Álvaro Obregón fue asesinado por el cristero José de León Toral de seis disparos… Todavía, hubo un letargo en el tiempo después de suscitado este incidente, y el espíritu de Raúl o Saúl por fin, trascendió libre al descanso eterno. Transcurre el año de 1733, los españoles ocupan las casas consistoriales, construyen edificios y rigen los destinos de la sociedad mexicana de la mano de su religión… A lo largo de 140 años la natural reproducción/natalidad humana genera descendientes criollos, otorgándoles sus apellidos de origen gallego, ibérico o portugués.
Don Francisco Obregón Gámez y Cenobia Salido Palomares contraen matrimonio en 1869… sus hijos traen sangre española… sangre de los mismos que le negaron justicia a un humilde trabajador que favoreció con su vida a la Corona Española.
La Leyenda del edificio Arroniz
Autor: Carlos Martínez Valadez, septiembre de 2023.
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Próxima semana: Un chiste de leyenda.
*A Las coincidencias suscitadas en la semántica de las palabras de un libro, una composición musical o un descubrimiento científico trasladados a la realidad, se le conoce como “Serendipia”. Se estima que el descubrimiento de América es una Serendipia… el descubrimiento de la penicilina en 1922; el principio de Arquímedes: “Eureka”; y/o el descubrimiento de la fórmula del Benceno son ejemplos reales de este fenómeno. El libro sobre “El Titán” y la realidad del “El Titanic”, así como la “Heráldica de Obregón” son ejemplo inequívoco de Serendipia.
*De este libro se sustrae la Heráldica y escudo de armas el apellido “Obregón”, por lo que la Serendipia toma mayor relevancia y curiosidad.
*El seminario, convertido en cuartel de la 15va zona militar por decisión de Álvaro Obregón, fue ocupado desde 1914 hasta el año 2011 en que fue comprado por el gobierno de Jalisco. En la actualidad se le conoce como “El Edificio Arroniz”. Actual sede de la Secretaría de Cultura.
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