CULTURA

NOSOTROS LOS DE A PIE

pootUna lectura de “De las ferias, la de Arreola es más hermosa”, de Sara Poot, y sus referencias cruzadas.

Hace unas semanas, platicando con René Michel de un asunto editorial, entre las cosas platicadas frente a una taza de café en una cafetería de la Calzada Independencia Norte, con mal servicio, por cierto, me preguntó “¿A poco no te gustaría que Sara Poot presentara tu libro?”

Y yo recordé a Sara en el auditorio de la Prepa 1, la Preparatoria de Jalisco, hablando sobre su libro dedicado a algunas mujeres, en donde para mi sorpresa hizo una mención de mi persona y de mi obra.

“¿A poco no has leído “¿De las ferias, la de Arreola es más hermosa” ?, picando con su observación esa curiosidad que me mata, aunque todavía en los años 60 del siglo pasado la iglesia católica afirmara que la curiosidad es un pecado, con lo que, al decirle que “no”, decidí buscar el libro en ese mismo momento.

Lo busqué y no hallé, pero obtuve la promesa, en la recomposición de la Librería del Ágora, de la Secretaría de Cultura del gobierno del Estado, traerían algunos ejemplares, como siempre se dice, “la semana próxima”.

En tanto, en esos días intermedios, mi amigo Rubén Hernández me recomendó, de pasada por el café de González Martínez 78, “ascenso y caída de Adán y” va”, de Stephen Greenblatt, y en su búsqueda me encontré, del mismo autor, “El Giro”, una investigación sobre la búsqueda que Poggio Bracciolini realizara para encontrar “De Rerum Natura”, de Tito Lucrecio Caro, mejor conocido como Lucrecio, la primera visión materialista del mundo, según Flaviano Castañeda que me regaló el libro en 1990 ca.

NOSOTROS LOS DE A PIEPrimero me llegó el de Adán y Eva, que empecé a leer de inmediato, pero cuando llegó el del Giro, me fui de bruces sobre él, que de inmediato me introdujo en su mundo personal relacionado con lo dicho por Lucrecio y luego en la búsqueda de Bracciolini para encontrar el manuscrito competo, del que solamente se conocían algunos fragmentos.

Y allí voy a caballo en la montaña siguiendo las huellas de este buscador de libros como yo mismo cuando me di a la tarea de formar una biblioteca especializada en Derecho Penal, Criminología y Criminalística, y encontré en una librería de viejo en la calle de Donceles de la ciudad de México “El Manual del Juez”, de Hans Gross (1847-1915), juez de instrucción y “padre de la criminalística”.

Y estando en eso, me apersono nuevamente en la Librería del Ágora y el encargado me anuncia que acaba de vender los últimos tres ejemplares de Sara Poot, pero casualmente –la Providencia, diría irónicamente Flaviano– llegó en ese momento David Izazaga, jefe de Publicaciones de la actual Secretaría de Cultura, y luego del saludo me preguntó si buscaba algún libro, y le comenté que busco el de Sara Poor sobre Arreola, pero que se acabó. Y David, con su gentiliza característica, me ofrece uno que traerá en unos días, lo cual le agradezco.

NOSOTROS LOS DE A PIEY precisamente ayer, antes de la presentación del libro “La vida giratoria”, de Raúl Aceves, editado por la Secretaría de Cultura, en Libros de Bolsillo, proyecto editorial del propio Izazaga, me entregó el libro de Sara, a lo que le correspondí con uno mío, “Han llegado las lluvias”, editado por Acequiavadenuez y Homo Scriptum.

Así que mientras Raúl Aceves se apersonaba al lugar, empecé a leer a Sara y ¡Dios mío, qué prosa tan deliciosa la de Sara!

Uno de esos pocos discursos literarios en los que he encontrado la recomendación de Horacio: “enseñar deleitando”, y Sara no me dejó dormir hasta que terminé con las 63 páginas de su texto.

“De las ferias, la de Arreola es más hermosa”, que se compagina con la canción de José Antonio Michel, interpretada siempre por Pedro Infante, es una investigación filológica motivada por el regalo de la libreta con el primer borrador de la novela de Juan José Arreola, “La Feria”, en la que el autor en

25 páginas de una libreta de pasta dura, como las usadas en las tiendas medianas para el registro de entradas y salidas, pergeñó la idea central de su novela que se publicaría en 1963 por Joaquín Mortiz en la colección de El Volador.

Comparo a Braccioini buscando ese poema de Lucrecio entre los libros de algunos monasterios con Sara Poot escudriñando el texto germinal de Juan José Arreola y encontrando en él esos pasajes, los personajes, los diálogos, el lenguaje coloquial de una ciudad media, que luego estarán asentados en la novela definitiva.

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