CULTURA

PALABRAS SIMPLES Y COMUNES

ASADOPor: Natalia Madrueño

Asado

El amor no es como lo pintan; ni para bien, ni para mal. El amor es justo todo lo que nunca me dijeron que sería.

En mi caso, siempre me dejé guiar por la apariencia, así era como deducía el sabor.

Cuando llamó a mi puerta le abrí sin pensar, le deje pasar sin darme cuenta de que estaría expuesto mi pensamiento, mi cuerpo, mi espíritu y mis deseos una vez más, por eso lo hice, porque pudo deducirme en cuanto me vio a los ojos. Debo confesar que antes de ella llegué a pensar que no lo haría más, sin embargo, desde que la vi en la puerta queriéndome vender algo de su carrito, no pude evitarlo, su apariencia de mujer que camina todo el día, su rostro brillante de tanto sudor a medio limpiar, sus pasos cansados de quien va tocando las puertas para vender sus productos, me atrapó.

Ahora, gracias a ella y después de un año de aparente tranquilidad, me buscan de nuevo sin saber que soy yo.

Ella está conmigo en el jardín de mi casa, y como lo sospechaba, está realmente deliciosa.

INJUSTICIAInjusticia

Es mentira todo lo que creía sobre el amor, y si hay que culpar a alguien de mi desgracia es a mi madre, que en paz descanse, o mejor no, que no descanse. ¡Ella y sus estúpidas palabras!: “Hija, para el amor no hay edad”. Y por hacerle caso ahora sufro como nunca lo había hecho.

Sucedió cuando me armé de valor y decidí confesarlo todo, pues acababa de enterarme gracias a Martita, mi vecina, que Luis, el amor de mi vida, estaba muy enfermo. Desde entonces mi dolor se incrementó sin contar que, además, puedo sentir cómo todos me odian, empezando por su familia. No, nadie entiende ni podrá entender lo mucho que lo amo; es más, ni yo lo entiendo. Mire que enamorarme a estas alturas y además de él, de Luisito, que es tan joven y lleno de muerte a sus 16, mientras yo a mis 70 estoy tan vieja y llena de vida.

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