PABLO LEMUS: «DE LA CIUDAD DE LOS NIÑOS» AL DESAMPARO DE LOS NIÑOS Y NIÑAS TAPATíOS
Habrá que recordar que hace apenas unos años atras, el eslogan publicitario en Zapopan era «la ciudad de los niños» y claro, el presidente municipal era Pablo Lemus Navarro.
Bajo ese membrete, su política empresarial dejó sin oportunidades a un grupo de niños cuyas aptitudes vocales y musicales, fueron disueltas al igual que sus ilusiones de representar a la ex villa maicera a través del coro municipal (con reconocimiento nacional) en diferentes lugares de México, lo cual llegó a su fin dramáticamente al negarles todo tipo de apoyo.
Ahora es en Guadalajara, donde este empresario ha emprendido un terrorismo político en contra de los niños de esta capital, principalmente de aquellos que conforman un amplio sector y cuya única oportunidad de no permanecer en total desamparo, se encuentran en el sistema para el desarrollo integral de la familia (DIF Guadalajara).
Lamentablemente, la viceralidad y poca, pero muy poca sensibilidad humanistica del presidente municipal en Guadalajara, al mantener conflictos con diferentes sectores de su ayuntamiento, ha desencadenado una encomienda arbitraria en contra de todo aquello que no le resulte proclive a sus intereses.
En su actuar, Lemus Navarro no solamente demuestra su indolencia, resentimiento y espíritu vengativo; al menos eso parece al embestir ensañadamente contra la dirigente del Sindicato Democrático del DIF (SIDEDIF) Martha Elia Naranjo Sánchez, quien en su papel de hacer valer los derechos laborales de su gremio, señaló los abusos laborales que entonces cometía Lemus en Zapopan.
Algo que Lemus no le ha perdonado, y ahora con poder en el Gobierno Municipal tapatío se ha dedicado a destruir todo lo que tenga representación sindical de esta lider.
Lo que no se vale es que ante este panorama «desquitativo», sean los más indefensos quienes «paguen el pato», pues 45 días antes de tomar protesta del cargo como presidente municipal en Guadalajara, ya tenía en medio de los ojos al sistema DIF, y para su venganza implementó su estrategia para aniquilarlo mandando a la que ahora es la directora de esta dependencia municipal y a un grupo de incondicionales, cuyas atribuciones son muy similares al empresario, su visión, voracidad e ignorancia.
Sistemáticamente y sin avisar, ha operado este organismo municipal, primero fue el centro ubicado en la calle Hornos en la colonia Jardines de la Paz, allí con engaños dejaron sin oportunidad a por lo menos seis decenas de niños.
Luego fue en la colonia Lomas del Paradero donde niños y niñas de segundo y tercero de preescolar se quedaron sin su plantel, eso sin contar el cierre y desalojo de las oficinas ubicadas (hasta esta administración) en el Centro de la Amistad Internacional.
Desenfrenada la locura de Pablo Lemus Navarro no ha encontrado satisfacer su venganza, ahora va en contra del Centro ubicado en Huentitan, que se encuentra en el cruce de Avenida Belisario Domínguez y Artesanos (al oriente de la ciudad), aquí son casi 300 niños y niñas de dos turnos, los que se quedarán en desamparo.
Así las cosas, no se vale que justos paguen por tanta insensibilidad de personas «enfermas» de poder como lo son estos emecistas, los que se dicen Ciudadanos y pisotean a los más indefensos; ejemplo de ello es que para cada 34 niños en estos centros municipales se les otorga un plato de lentejas y un kilo de tortilla fría para todos, entre otras «linduras» indignantes.
Lo peor, ninguna autoridad ni estatal o federal, mucho menos la oposición en el ayuntamiento hacen algo por frenar la destrucción de una institución que nació para subsanar la desintegración familiar, un fenómeno que presenta muchas caras, pero que tambien ha demostrado la insensibilidad gubernamental.
