EL MISMO TRILLADO CANTO DE LAS SIRENAS
Por: Miguel Jiménez Ibáñez
Empiezo otra época para México y sus habitantes. Doña Claudia ya está en palacio nacional. Está feliz, feliz y muy orgullosa por ser la presidenta. Pero carga en todo su ser una loza más pesada que la del histórico «Pípila», el guanajuatense Juan José de los Reyes que incendió la puerta de la Alhóndiga de Granaditas para que los insurgentes le pegaran a los realistas.
Doña Claudia merece el reconocimiento popular porque tiene educación, cultura y experiencia.
Por ejemplo, saludó a la ministra Piña, representante del poder judicial… López ignoró a la maestra en derecho. Discurso amable, de promesas muy repetidas que de nuevo sonó servil. Tiene el mando constitucional, pero ¿lo tendrá en la práctica? Suena con menos deseo de venganza. Sabe que está en el torbellino, pero parece que su inteligencia le permitirá salir adelante. Ya marcó diferencias para realizar obras y servicios públicos pero la situación económica mundial lleva a México a mayores dificultades además de la deuda y la avaricia política y económica de propios y extraños que sólo son vividores de la política.
Importante señalar que está cercada por un gabinete y un partido político pejista, pero ojalá y ella remonte el golpe del agua y el ir a contracorriente, porque la gestión de López deja mucho más obscuros que claros.
Ahora los habitantes de México deben ser la prioridad y no los colores partidistas. Ofrece gobernar para todos y respetar todas las leyes y los derechos… habrá que esperar porque tiene todo por hacer al respecto. Es difícil que la felicidad que pregona su mentor sea totalmente compartida por la histórica presidenta. Se espera que acabe con la violencia, que haya inversiones, empleos, desarrollo económico y obras y servicios públicos que necesite y beneficien a todos, no a grupos poderosos. Todo indica que es honesta y honrada. Ojalá frene la corrupción. El discurso se lo lleva el viento. México exige respuestas no demagogia o seguirá la diaria campaña político electoral!!!??? La frase «humanismo mexicano» es subjetiva, pero aplicada con la profundidad del concepto podría dar resultado. Es humanismo que los que golpean con la izquierda y cobran con la derecha vivan en palacios, coman bien, ¿tengan atenciones súper…??? Pero la realidad es que «estamos en la ley de la selva» y «el que tiene más saliva, come más pinole». ¿También “mandará al diablo a las instituciones” o dirá que “a mí no me vengan con que la ley es la ley”???
