LOS ACTOS SUSTITUTOS

Muchas acciones humanas parten de una creencia.

Una teoría científica puede llegar a ser una creencia si se pierde su origen y sus objetivos, sobre en el régimen de enseñanza-aprendizaje.

Porque una teoría aplicada pasa a ser justificación y soporte del cariño que hay en una relación, más si ésta es de subordinación o de régimen.

Una maestra toma el papel de madre. Un maestro, el de padre, y consecuentemente usarán la psicología para dar apoyo al autor del libro recién publicado, al del logro que se temía no realizar.

Pero esa maestra, ese maestro, al tomar un papel que no les corresponde rompen el proceso de desarrollo del que han tomado como su hijo, su hija, y aunque de momento no pasa nada, como se acostumbra decir, hay una acumulación de hechos que modifica, que transforma, la realidad: nadie sabe lo que siembra, hasta que le caen los cocos en la cabeza.

Hay madres y padres sustitutos no conscientes dondequiera, así como hay vientres que se alquilan, protegiendo a los indefensos, impidiendo su aprendizaje real, su desarrollo en el mundo.

2

Las creencias son parte de la ideología, esa visión deformada de la realidad, como afirmaba Marx; de esos ídolos que cargan de emotividad el pensamiento y lo aniquilan, según Lucrecio, que se usan para justificar lo que se hace sin razón de ser.

Los actos fallidos, diría Freud.

Y, sin embargo, son las raíces de mucho de lo que ha hecho a lo largo de la historia de la sociedad.

3

Si una persona cree que un niño es inteligente, lo tratará como tal, aunque tal niño francamente carezca de esa cualidad.

Hay anécdotas relacionadas con hombres que hicieron inventos, que descubrieron geografías, gracias a esas deficiencias propias tratadas como virtudes.

Esa actitud protectora falsa puede observarse entre los escritores: usted puede; usted es chingón; muéstrele al mundo que hace uno de tal o cual lugar, etcétera.

Y si hace lo que piden sus protectores, como en todo el sistema de competencias en el que a toda acción corresponde una reacción, toda causa tiene un efecto, que se traduce en premios y castigos, tendrá su debida recompensa, su prebenda.

4

Creemos que algunas cosas son como el mástil de un barco, o el ariete de una máquina demoledora, y en razón de ellas actuamos.

Sólo que, aunque se diga lo contrario, amor si genera apendejamiento.