OPINIÓN

LOS NIÑOS, LOS VIEJOS, LA LITERATURA Y LOS NEGOCIOS

LOS NIÑOS, LOS VIEJOS, LA LITERATURA Y LOS NEGOCIOSPor: Carlos Prospero

Primero fueron los niños, a los que llenaron de libros estúpidos, cargados de ideología supuestamente liberal y haciéndoles creer que tenían las posibilidades de hacer lo que proponían en sus historias.

Eran invitaciones a los niños sumisos para volverse libres en tiempos de confusión social.

Historias ambientadas en lugares propios de gente que tenía salarios mucho mayores a los de sus padres que, pese a ganar mucho, no podían ingresar en esos medios no propios de nuestro ambiente. No es lo mismo vivir en México, Guadalajara o Monterrey que en Madrid, Londres o París.

Junto a ellas, la literatura Gerber de los clásicos recortados, resumidos “para que los entendieran mejor y no se aburrieran con tanta palabrería”. Bullshit!

El mercado de los niños se vio afectado por el proceso natural del crecimiento biológico: esos niños se volvieron adolescentes y dejaron de leer esas propuestas.

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