OPINIÓN

POBREZA Y EDUCACIÓN: LOS DATOS DE LA MULTIDIMENSIONALIDAD

POBREZA Y EDUCACIÓN: LOS DATOS DE LA MULTIDIMENSIONALIDADPor: Marco Antonio González Villa*

En días recientes, CONEVAL compartió nuevamente, a través del Comunicado núm. 7 del 10 de agosto, el cual se puede checar en línea, su informe en donde presenta las estimaciones de la pobreza multidimensional 2022. Los datos que presenta muestran, en una aplicación de un FODA característico de las escuelas, las áreas de oportunidad y las fortalezas de la economía del país, en las cuales nos centraremos a continuación; dejamos de lado, por esta ocasión y para otro momento, las debilidades y amenazas.

Teniendo claro que un dato numérico no tiene un rostro que devele hambre o angustia, es un logro significativo del actual gobierno la disminución del número de personas que viven pobreza dimensional, sobre todo considerando que, durante la pandemia, tomando como referencia el año 2020, se incrementaron de forma negativa la mayoría de los indicadores de la pobreza. Es un hecho que las políticas y programas asistenciales han sido un factor que ha impactado de forma específica en este rubro, lo cual, pese a las críticas de la oposición, ha empezado a dar resultados. Nos deja la reflexión, como hipótesis, sobre el número de pobres que tendríamos en este momento pos pandemia con otro partido político. No podemos dejar de lado que se reportaron 46.8 millones de pobres lo que representa poco más de uno de cada tres mexicanos.

POBREZA Y EDUCACIÓN: LOS DATOS DE LA MULTIDIMENSIONALIDADSin embargo, dentro de las áreas de oportunidad, hay dos indicadores que ponen de relieve el carácter multidimensional de la pobreza, por lo que precisa de medidas e involucramiento de distintos frentes:

l primer indicador lo encontramos en la población en pobreza extrema, con ingresos por debajo de la canasta alimentaria y con al menos 3 carencias sociales. El segundo indicador es el rezago educativo.

En ambos indicadores se observan números similares a sus mediciones anteriores, con un ligero incremento, que reflejan más historias y vidas difíciles.

El caso del rezago educativo es interesante, porque pese a las diferentes medidas que se han implementado, como son el otorgamiento de becas, el incremento forzoso de indicadores académicos como son la aprobación y el aprovechamiento, los intentos por erradicar la deserción y la reprobación, poner al estudiante al centro, no mejoraron los números medidos, por lo que, evidente y lógicamente, siempre hay otros factores sociales que impactan directamente tanto la presencia en las escuelas como el desempeño académico mostrado.

Los estudios de y sobre la pobreza nos permiten recordar que la escuela no es ajena o está exenta de ser influida o impactada por otros factores sociales, económicos, incluso emocionales, entre otros, que no tienen que ver con la didáctica o lo educativo en general. No obstante, arrojan luz sobre aquello que es urgente atender y nos recuerdan que, pese a la mejoría o no que pueda haber en los datos, cada historia cuenta en lo individual ¿o no?

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala.

[email protected]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *