OPINIÓN

REBELIÓN EN EL CASTILLO

REBELIÓN EN EL CASTILLO (o, La leyenda de los Dragones Perros)

Литэратура #20

Género Literario: “Fantasía Fantástica” (o exagerada).

Dedicada a la Familia R. C.

Por: Carlos Martínez Valadez

Érase una vez un Castillo ubicado al oriente de nuestra grandilocuente Guadalajara. Corrían, con tenis rojo enchilado, los años 2019 hasta la actualidad 2023. Una ponderada familia de apellidos R. C.  Viven un torbellino de trabajo, pues sus actividades en el magisterio los traían a raya. Por fortuna las –vagaciones- de verano están por comenzar. Junto con ellos viven, comen, duermen en colchas color de rosa tres peludos dragones de cuatro patas que escupen fuego enchilado; pues su dueña Alex, los alimenta con harto chile habanero como combustible ígneo para custodiar la antigua propiedad del siglo XXI.

Cuenta la leyenda leída en un mitin político, que al igual que el cuento de George Orwell “La rebelión en la granja” los tres dragones se rebelaron, (hartos y ardidos de tanto chile) pues ante la suntuosa vida de reyes de quienes les agarran la correa cuando salen a las campiñas a reconocer los vastos dominios del oligarca virrey; ellos, los dragones se inconformaron ante la reiterada porción de croquetas en las tres comidas aderezado con chiles de a $150.00 pesos el kilo. Los dragones en “su dialecto canino” –dialogaban entre ellos- y afanosos ladraban agresivos para que les cambiaran el menú, so pena de lanzar llamaradas y fumarolas que harían muy complicado vivir en el castillo.

REBELIÓN EN EL CASTILLOSu dueña, Alex –que no entendía el dialecto perruno- y en internet no existen cursos o tutoriales para aprender esta lengua surgida de la jauría incrustada en la base de la torre de babel hace 2,000 años no entendía, el dramático comportamiento de los dragones traga croquetas con chile; y al tratar de calmarlos, de continuo se quemaba las manos.

Decidida fue a ver, llevándose a uno de los dragones, al veterinario. Lo reviso, lo auscultó, le preguntó, placas rayos X, tomografía axial, pruebas clínicas y no lograba diagnosticar. Claro, toda esta consulta con las peligrosas fauces aseguradas con bozal… Demasiado material flamable hay aquí en el consultorio.

Con mirada reflexiva y resignada el médico veterinario le dice a Alex: “Creo, es falta de chile… (Se le pararon las orejas al dragón) … agregue una porción extra a sus platitos de estaño y un generoso trozo de brócoli, eso combustionara más y mejor por el azufre”. Sorprendido, asombrado y patidifuso al escuchar con sus perrunas orejas tal sentencia, el dragón se empezó a poner piquín… inhabilitado para escupir fuego, solo su cuerpecito temblaba de ira. Alex le decía tiernamente al peludo dragón: “Chiquito te vas a aliviar”.

chilesAl día siguiente, Alex compra kilos de brócoli y más kilos de habanero… ¿Sera suficiente para un día? se preguntaba Alex. Mientras los perr… dragones corrían histéricos por todo el castillo; la servidumbre entró en pánico… las espadas,  la herrería, las columnas, las armaduras, el puente levadizo, las suntuosas cortinas, las cadenas, los escudos, las colchas color de rosa, los cuadros antiguos del siglo XXI; las pantallas medievales, la computadora modelo Luis XV ya estaban profusamente tiznados de tanto fuego escupido, en abierta rebelión y, al ladrido de uno de ellos remontaron el vuelo por los alrededores del castillo escupiendo fuego por los aires… aquello parecía erupción del Popocatépetl… los otros dragones callejeros los vieron y empezaron a aullar… los humildes campesinos que labraban la tierra, y otros que repartían el gas fueron empáticos al drama. La indignación creció, toda –la perruna draguna- se arremolinaba peligrosamente en la periferia del lujoso castillo. Alex y su esposo el Virrey de Guanatos montados en sus poderosos corceles salieron a disuadir la creciente manifestación en la campiña junto con sus huestes pero los continuos semáforos –en luz roja- les impedían avanzar con prontitud.

REBELIÓN EN EL CASTILLOPor fin una de sus hijas, Dulce la Doncella, confundida también por esas revueltas, creyó entender lo que sucedía… pues días atrás vio debajo de las alfombras del “Salón de Reyes” los cascarones y las colas de los güeros chiles habaneros, dejados allí como muestra de rechazo. En principio pensó la Dulce Doncella que era la variedad la culpable; porque también en el Valle Picoso hay chiles verdes, jalapeños, de árbol, poblano, serranos, chipotle y salió a la campiña con el canasto de mimbre al Valle Picoso a cosechar otras variedades y así calmar tan violenta rebelión. En eso estaba cuando… Uno de sus dragones le aterrizó frente a ella ladrando –con chispas de fuego- impidiendo su faena.

Por fin la Dulce Doncella de azúcar comprendió: ¿En vez de chile quieres Jengibre? ¡Auuuu! contestó el dragón presa del enfado. Resuelto el dragón, con sus terribles fauces la agarró de la falda y se la llevó a la taquería de la esquina; en la esquina de la comarca donde sus súbditos hacían bola esperando sus tacos de carnaza, suadero, lengua y tripa. La Dulce Doncella se quedó mucho rato cavilando: ¿Qué me quiere decir este tragón dragón? hasta que providencialmente a uno de los –tacocomensales- se le cayó un trozo de carne… más rápido que el rayo el dragón lo devoró dejando un hueco en el asfalto. ¡AAhhhh! eres carnívoro y eso es lo que quieres!! Un largo y afirmativo suspiró meneando la cola como abanico porque por fin la Doncella Dulce acabo de entender la naturaleza del dragón que desde hace miles de años vomita fuego para espantar a sus enemigos. Dragones sabios que acompañaron a Matusalén en el éxodo y que ahora en esta era digital su impronta salva la inseguridad en la villa… deambulando por la comarca convirtiéndose en leyenda.

dragonAlgo tardada y bastante perezosa le llama a su padre el Virrey de Guanatos desde el medieval celular y le informa con hartos detalles de lo sucedido (no sin antes haberse tomado unas selfis con el taquero). Aliviado el Virrey por aplastar diplomáticamente la revuelta, de inmediato hace un oneroso pedido a la tienda de la campiña. Al día siguiente atravesando con dificultad las pronunciadas laderas y cuidándose de los bandidos, llegan al castillo cuatro carretas jaladas por un par de bueyes… (Eran un par de chafiretes) con su precioso cargamento: Costales y costales de “croquetas sabor tocino” –flavor bacon meet- y bastantes latas de chiles en vinagre… y “Asunto resolvido”.

REBELIÓN EN EL CASTILLOCuenta la leyenda que todo aquel que ose pasar por las cercanías del castillo del Virrey, escucha los aullidos lastimeros de los peludos dragones pues, de aquí hasta la eternidad solo comerán croquetas con chile sabor tocino.

Moraleja: Cuide el alimento que le da a sus mascotas, o experimentara dramáticamente una peligrosa… Rebelión en el Castillo.

La Rebelión en el Castillo (o, la leyenda de los dragones perros)

Autor: Carlos Martínez Valadez, Julio de 2023.
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Próxima semana: La leyenda del miedo.
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