OPINIÓN

¿RESPETO A LOS DELINCUENTES?

La sucursal que el infierno tiene en México sigue y seguirá lanzando calcinadores lengüetazos. Los terroríficos acontecimientos políticos, económicos y sociales que agobian al Estado Mexicano aumentan. ¿Desmienten las afirmaciones de que el pueblo de México es feliz, feliz, feliz? La desaparición de la niña Fátima estremeció a la sociedad y representa el pánico que, en general, empantana más a nuestro país.

Lo anterior podrá calificarse de alarmista y exagerado; de fifí, neoliberal y de conservador pero las cifras son contundentes. Hay un dato: según las informaciones periodísticas, en 2018 fueron asesinadas 494 mujeres. En 2019 aumentó casi el 100 por ciento: 976 víctimas del feminicidio. La era cavernícola en pleno. Pablo mármol y sus tonterías quedan cortos con las inocentadas de las caricaturas televisivas. De todas formas las caricaturas siguen aunque con personajes distintos. Y todo esto lo hizo el neoliberalismo, dicen. Y como aquí todo se soluciona con dádivas, estas siguen ofreciéndose: Dos millones de pesos como recompensa para quien informe sobre el caso de Fátima, ofrecen las autoridades, según dice la información. Y así se quejan de los “moches”.

¿Incompetencia? Mejor renuncien, diría en su tiempo un ex directivo del deporte nacional cuando le secuestraron y asesinaron a su hija.

Circula un video que, si bien podría ser editado, ofrece un audio que dice: “los delincuentes son seres humanos que merecen también nuestro respeto, incluso la fuerza tiene límites y básicamente es para la legitima defensa”. El enunciado es emitido por un hombre, con parecido físico al mandatario federal quien parece estar acompañado de secretarios y funcionarios de fuerzas castrenses y de seguridad nacional, incuso alguien parecido al gobernante jalisciense. El mensaje es escuchado por lo que parece ser un grupo de damas con uniforme camuflajeado. Y hay que recordar que el pasado fin de semana en los municipios jaliscienses de Tepatitlán y Lagos de Moreno, fueron entregadas oficialmente, por el gobierno federal, los cuarteles de la Guardia Nacional.

La tecnología tiene grandes adelantos y pueden falsear imágenes fijas y en movimiento, pero como se dice al final de las películas: “Cualquier parecido es mera coincidencia”. Y cabe la reflexión y la pregunta: ¿La familia de las víctimas de secuestro, de asesinato, de la violencia en cualesquiera de sus géneros, pensarán y pedirán respeto a los delincuentes?

Lamentablemente sucesos como el sacrificio de la niña Fátima, de los 43 desaparecidos, etc., son aprovechados por grupos y activistas que parecen ser manipulados más con interés electorero y menos con la realidad. Buscar justicia es causa es importante. Todo indica que cada persona o familia afectada tiene su grupo que los apoya en manifestaciones y protestas por la victimización pero a fin de cuentas la convergencia es la misma porque la violencia y la podredumbre social y moral que devora al mundo. No protestaron los mismos con la desgracia de los Le Baron y coterráneos que con otros.

Lamentablemente la carne de cañón que forman los grupos de protestantes, casi siempre encapuchados y vestidos de negro, se manifiestan vandálica y agresivamente. Atacan, destruyen amenazan y agreden hasta la vivienda de Benito Juárez y del ahora mandatario. A esos maleantes también se debe respetar? ¡Claro que sí! Dice quien pide ese respeto. ¿Cuántos detenidos o sentenciados, etc. hay al respecto? Pagaron los desperfectos ocasionados? ¿Esta petición de respeto es una mascarada, un gran temor, dependencia, agradecimiento o complicidad? Usted, amable lector, ¿“respetaría” al autor de un perjuicio se esa naturaleza, a su familia? Sin duda hay que respetar los derechos humanos, aunque el recipendiario de ese respeto haya asesinado a los suyos, dice la ley. ¿Y La justicia? ¿El comandante pierde la guerra? Y…qué pasa?

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