LUGAR DE ENUNCIACIÓN
Marisa Caichiolo. Museo de Artes de la Universidad de Guadalajara.
Por: Eve Bruna
¿Cómo nos enunciamos? Marisa Caichiolo nos da algunas respuestas en su muestra “Lugar de enunciación” que se expone en el MUSA hasta el 21 de enero de 2024.
Durante las tres salas de exposición la artista y curadora nos plantea tres diferentes diálogos distintos con el espectador y la espectadora.
En qué más puedo servirle
La primera sala nos recibe con la mesa servida. Lo primero que nos preguntamos es quién la ha servido. La respuesta viene inmediatamente, una mujer, luego nos hacemos otra pregunta, ¿la dueña de casa o la servidumbre? la respuesta llega inmediatamente otra vez.
Un gran espejo separa dos situaciones iguales y distintas a la vez. La artista, como si nos estuviera recibiendo de anfitriona, nos invita a sentarnos al banquete en donde nos encontramos paradójicamente solas frente a nuestra propia imagen y ante un plato de cabellos. La primera impresión que tuve fue la sensación de una arcada (mi garganta tragó saliva, mi incomodidad se hizo presente y sentí que debía disimular mi desagrado ante la mirada atenta de la anfitriona mientras intentaba sacar el pelo de la comida).
La vajilla de plata se dispone en la mesa, pero también como objetos arte separados de su contexto y expuestos como cuadros en las paredes del “comedor”. En un video-instalación en donde la artista nos muestra de dónde saca ese pelo que nos da de alimento nos muestra la acción online, donde corta su cabellera, cabello que representa su tiempo, sus reflexiones, y sus incomodidades.
“Sin pelos en la lengua” decimos en argentina cuando queremos ser francos, directos, sin vueltas. Marisa Caichiolo nos hace carraspear para atravesar el pelo en la garganta, obedecer al sentarnos en lo servil del cuerpo. En la entrega desmedida.
Semilla Sagrada
La semilla como metáfora nos lleva a muchas significaciones. Inicio, vida, sustento, origen y un largo etcétera. Pero la segunda sala de esta muestra nos abre la puerta tras una cortina negra y nos mete en un espacio oscuro, lleno de olor a
humedad y tierra. Otra vez el soporte audio visual se impone y vemos un cuerpo (¿un cuerpo? o ¿un cuerpo desnudo de una mujer?) que abraza la tierra en una danza erótica. Pareciera que se unen y se separan a la vez, nos viene a la mente la tan conocida frase “del polvo venimos y hacia el polvo vamos” o algo similar. Distintos dispositivos se entierran en la tierra y mujeres nos relatan su vínculo con la madre tierra.
Al salir de allí, la última sala “Doble enunciación” nos muestra las diferentes facetas de la de artista, pero también de la curadora, de la mujer y la que emigra, de la de investigadora y de la emprendedora.
Marisa Caichiolo denuncia a través de su arte y mediante una diversidad de soportes las injusticias sociales, la desconexión con la naturaleza y con nuestro cuerpo. Nos invita a un viaje de reflexión en solo tres salas, tres momentos, es menester tomarse ese tiempo.
ig: lachingolamexicana
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Fotos de Eve Bruna
