No sé si es por falta de inteligencia o por falta de sensibilidad, pero es inconcebible la indiferencia que ha caracterizado a la actual administración, tanto a nivel federal como estatal.
Hoy me referiré de manera muy particular a la autoridad estatal, pues al tratarse de las víctimas indirectas, familiares de los desaparecidos, su postura en dicho tema y todo su contexto conlleva, ignorarlos.
La vida de quienes rodean a una persona desaparecida, no vuelve a ser la misma a partir de su ausencia y a estas alturas, ha quedado claro que, la autoridad no tiene la capacidad ni el interés, para enfrentar al crimen que él mismo ha venido consintiendo y le ha permitido crecer al que, ha llamado crimen organizado.
También la actitud de la autoridad es criminal y si bien es cierto, está menos organizada, cobra, pues está en la nómina del estado, a la que todos contribuimos consciente o inconscientemente, a través de nuestros impuestos.
Jamás será posible esperar recibir, aquello de lo que carece a quien se lo pedimos, las autoridades hoy por hoy, no están mejor organizadas que el crimen, pues éste, además, está capacitado, fuertemente armado y bien equipado.