POLÍTICA

LA MARCHA

LA MARCHAPor: Carlos Arturo Espadas Interián*

Ojos de asombro ante jóvenes que caminaban libremente por una de las principales avenidas de la ciudad de Celaya. Era una marcha estudiantil. Increíble en el estado de Guanajuato, sí, Guanajuato. Los estudiantes al límite por no tener clases: algo pasó que los maestros de contrato y honorarios no podían iniciar sus labores.
¿Será que una vez más, las UPN del estado de Guanajuato son castigadas con el presupuesto? No hablamos de recorte presupuestal, hablamos de recurso operativo esencial, lo mínimo que se requiere para que cualquier escuela funcione: salario para los maestros, es decir: el irreductible.
No pensar en las funciones sustantivas completas: investigación, difusión y extensión de la cultura y responsabilidad social; únicamente centrar la atención en una de ellas: la docencia. Como dice el Sr. Presidente de la República: “El pueblo es sabio”. Tendríamos que decir, los estudiantes son sabios, se dan cuenta de las cosas.
LA MARCHANo exigían aspectos “suntuarios” como el papel, jabón y otros aspectos más de los que las UPN del estado de Guanajuato incluso tienen carencias, no pedían autobuses para poder realizar prácticas académicas, tampoco laboratorios de análisis de datos para investigaciones cualitativas y cuantitativas, ni laboratorios de idiomas.
Pedían lo básico: tener a sus maestros. El proyecto del Estado Mexicano que mucho tiempo pretendió trabajar para la despolitización no sólo del magisterio, sino también de los profesionales de la educación, se vio superado ante lo insuperable, lo irracional: una escuela sin maestros suficientes.
Lamentablemente, la falta de maestros no es exclusiva de la UPN en Guanajuato; es un problema recurrente en muchas comunidades donde el cuerpo profesoral es uno sólo y el director es el mismo maestro y el conserje también es él mismo y así sucesivamente. Pareciera que estamos en una máquina del tiempo que nos ha llevado al siglo XVIII.
Esta situación no es de este sexenio. En el caso de las UPN ha sido un deterioro paulatino que está minando el ánimo de los estudiantes, aún y a pesar que el cuerpo profesoral, de las tres Unidades del estado, entregan su vida y recursos en beneficio de los estudiantes.
¿Qué sucede? ¿Las UPN no embonan con el proyecto del Estado? ¿Tienen las UPN una naturaleza distinta al resto de las Universidades Tecnológicas y Politécnicas? ¿Son nuestros estudiantes de otra clase, categoría o naturaleza? ¿No merecen tener una universidad digna?
No importa cuanto haya durado la marcha, lo importante es saber interpretarla, es un mensaje claro para el Estado. Aún es tiempo de rectificar, de generar las condiciones compensatorias para tener Unidades UPN acordes a lo que el estado de Guanajuato merece ¿No cree Usted?

*Profesor–investigador de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad 113 de León, Gto. [email protected]

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