LA MAFIA DEL PODER
Por: Dr. Luis Octavio Cotero Bernal*
La semana pasada, después de enterarse de una resolución otorgada por el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Javier Laynez Potisek, mediante la cual concede una suspensión contra el “Plan B” de la reforma electoral impulsada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien, al parecer, sin el más elemental conocimiento de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el presidente de la república expresó que, el ministro Laynez “se extralimitó” porque, el fondo de la suspensión es mantener los sueldos de los funcionarios del INE, anunciando además un Plan C que, consiste en no dar “ni un voto al bloque conservador”.
Seguro estoy que, el presidente de la república, desconoce, los alcances de la institución jurídica de la cual deriva la suspensión, la cual conlleva el respeto al estado de derecho, misma que, México ha atesorado y que, el mundo ha reconocido, como un emblema jurídico internacional, la cual tiene su origen en la historia de países como Inglaterra, España, Estados Unidos entre otros países.
El presidente de la república se ha referido a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en sí, todo el poder judicial de la federación, como la mafia en el poder, sólo, porque a dichas instituciones les corresponde la vigencia y el respeto de tales suspensiones.
La mafia en el poder, una expresión desde luego vergonzosa para todos los mexicanos, ya que, esas palabras provienen del titular del ejecutivo federal y que, junto con el legislativo y judicial, constituyen el gobierno mexicano que, encargándose él, de denostar a uno de estos tres poderes, sólo, porque su proceder va en contra de sus caprichos e intereses personales.
Como mexicanos, sabemos perfectamente que, el gobierno que, nos rige no es unipersonal, éste está integrado por tres poderes, constituyendo así la república, optando todos los mexicanos por este régimen tripartito que, de acuerdo a la Constitución y a la idea de Montesquieu, son instituciones vinculadas entre sí que, hacen posible el mantener el orden, uno a otro, desde luego, guardando y respetando la división de poderes, jurídicamente bien estructurados.